lunes, 20 de enero de 2014

EL PASADO NUNCA QUEDA ABOLIDO

Ayer mi mujer se puso a pintar una silla de jardín.

Mientras la pintaba, me contó lo siguiente:

"Hace unos 15 años pasó un pibe por acá ofreciéndose para cualquier trabajo. Mi mamá le pidió entonces que pintara estos sillones; el pobre pibe no sabía pintar y dejó todo lleno de chorreones. Y ahora yo estoy pintando encima de los mismos chorreones... ¡y ni siquiera la aprolijé un poco!"

Podría decir que es el ejemplo que buscaba.

Y es lo que hay que tratar de enseñar, y hay que recordarlo entre nosotros, una y otra vez.

EL PASADO NUNCA QUEDA ABOLIDO.

Y no me refiero sólo a la memoria, al fin de la impunidad. Sino al hecho de que las consecuencias siguen vigentes. Para siempre. Los chorreones siempre estarán. Como las imperfecciones en los anillos de los troncos de los árboles.

EL PASADO  NUNCA QUEDA ABOLIDO.

Lo que no se hizo durante 30 años no se puede hacer en 10,  porque en estos 10 hay que hacer lo que corresponde hacer en estos 10, y, si se hace mucho, remontar un poco del faltante. No más. Y pasarán los años, y se habrá hecho lo que corresponde a esos años - si seguimos a full- y tal vez hayamos remontado otro poquito.

Por eso cuesta tanto todo, por eso los "por qué recién ahora" de tantas cosas.

Y además, un dato duro, a la vez -valga la contradicción- descorazonador y alentador. Todo lo que se ha hecho lo ha hecho una generación castigada hasta la desesperanza, hasta el cinismo. Hasta el letargo. Y así, aletargada y todo, pudo ir afrontando los obstáculos, pudo ir estirando sus músculos, entrenarlos, fortalecerlos.

Hasta un determinado límite. Hasta el agotamiento.

Ahora estamos en la transición hacia otra generación, potentísima, luminosa. Sin esa carga tan pesada de haber protagonizado ese pasado tan vigente. Nunca abolido.

A esa generación le tienen pánico. Por eso tanto horror, tantas mentiras. Tanta babosa, ponzoñosa, evidente mediocridad.

Esa generación también tendrá que construir sobre ese pasado nunca abolido. Seguirán las imperfecciones, los grumos.

Pero hay que recordar que todas las perlas, desde la más imperfecta hasta la más hermosa, también nacieron de una imperfección.
RH

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