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lunes, 12 de marzo de 2012

La confesión


Resulta que Sebastián Campanario publica en el monopolio la nota...


...en la cual, para nuestro marxiano regocijo, Campanario nos confiesa todos sus pecados y los de sus colegas monopoleros.
La pego entera, porque, como se verá, prácticamente no tiene desperdicio.

En economía, la historia no solo la escriben los que ganan, sino también los que miden, y hasta los que corrigen los números varios años después . Los ejemplos abundan. El fallecido economista Jorge Schvarzer, de la UBA, recordaba en un estudio que las Cuentas Nacionales de los 60 subestimaron el crecimiento real de la economía. Cuando en la Cepal años después lo descubrieron, ya era tarde: Onganía usó los datos falsos para justificar su golpe de estado contra el radical Arturo Illia.

Hay ejemplos de cómo los espejismos numéricos pueden dar vuelta la historia en todo el mundo. Uno de los casos más famosos es el de George Bush (padre), que en 1992 fracasó en su intento reeleccionista, en parte, porque los votantes creían que su país aún estaba en recesión. Las revisiones del PBI demostraron que los EE.UU. crecían a una saludable tasa del 4%, ya desde un año antes de los comicios.

Uno de los trabajos de revisionismo estadístico más interesantes de los realizados recientementes es una reestimación del crecimiento del ingreso real y de los cambios en la distribución del ingreso para la Argentina en el período que va de 1985 a 2005. La realizaron para el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad de La Plata los economistas Federico Sturzenegger y Pablo Gluzmann.

La “historia económica oficial” es cruel, a nivel de crecimiento, con esta etapa de la democracia en la Argentina. En promedio, el ingreso real per capita subión en este lapso apenas un 0,5% según los registros que se tomaban por válidos. Sturzenegger y Gluzmann corrigieron sesgos en las mediciones de precios entre 1985 y 2005. “El impacto de esta reestimación sobre las variables principales de la economía es sorprendente”, explica Sturzenegger, en la actualidad presidente del Banco Ciudad, “la democracia en la Argentina promovió un aumento en los niveles reales de ingreso mucho más grande de lo que anteriormente se pensaba; y también hubo una mejora en la distribución del ingreso mucho más robusta de lo que se creía”.

En concreto: la investigación halló que entre 1985 y 2005 los ingresos reales subieron entre un 4,3% y un 5,7% anual más rápido que lo que marcaban las mediciones previas.

La historia se revierte a partir de 2007, con la intervención del INDEC. Economistas como Eduardo Levy Yeyati y Luciano Cohan (de Elypsis) sostienen que “el crecimiento ha sido sobreestimado desde 2007, particularmente durante los períodos recesivos, acumulando un diferencial de crecimiento de 14% ”, y que “la actividad se habría desacelerado considerablemente a finales de 2011 (con un promedio para 2011 de 6% contra el 9% oficial).” La estimación del 14% surge de analizar nueve series que venían altamente correlacionadas con el nivel de actividad hasta 2007, y a partir de allí comenzaron a separarse. “ Too good to be true ” (“demasiado bueno para ser cierto”), dice Levy, profesor de la UBA y UTDT, sobre el crecimiento en los últimos cuatro años.

O sea; en este artículo se reconocen todas las cosas que desde siempre desde este humilde (mentira) blog denunciamos.

(Prestar atención a los colores)

Que las cifras de crecimiento, inflación o cualquiera se usaron y pretenden seguir usándose en este país para voltear gobiernos

Que las mediciones de otros países, hasta de EEUU, son igual de discutibles que las de Argentina

Que el INDEC hizo mal las mediciones, las truchó o como quiera llamarse entre 1985 y 2005 ANTES DE SU INTERVENCIÓN (porque sino, qué quiere decir el párrafo "entre 1985 y 2005 los ingresos reales subieron entre un 4,3% y un 5,7% anual más rápido que lo que marcaban las mediciones previas."... ¡con todo lo que trataron de vender la gloriosa etapa del INDEC antes de la intervención! ¡Vean las diferencias! ¡O sea, el INDEC no sólo merecía la intervención, sino prácticamente su cierre!

Y, lo divertido: después de todo lo antedicho... se atreven a seguir con "a partir del 2007, con la intervención del INDEC..."  y se ponen blablabla, a tratar de decir que el crecimiento no fue tal, blablabla desconociendo los records de ventas de autos, de ocupación vacacional, de ventas de ropa y supermercados, y montones de etc. ¡Y eso, después de no soltar ni una humilde palabreja sobre las mediciones y cifras del Indec entre 1985 y 2005!

¿A quién vas a creer? ¿A mí? ¿O a tus propios ojos? Nos dice, grouchomarxianamente, Campanario desde su columna monopólica

RH

sábado, 25 de febrero de 2012

The Economist no le cree al Indec...¡y vean de quién publican las cifras!



Ahora, lo grave es que The Economist ya no va a publicar las cifras del Indec. Un paso más hacia el infierno.

Los motivos, en esta nota del accionista mayoritario número 1 de Papel Prensa:


“No me mientas, Argentina”. Así encabeza la prestigiosa revista inglesa The Economist , lectura obligada en el mundo de la economía y los negocios internacionales una durísima nota con la que le explica a sus lectores por qué, a partir de ahora, dejará de publicar estadísticas oficiales sobre el país . “Estamos cansados de ser parte involuntaria de lo que parece ser un intento deliberado de engañar a los votantes y estafar a los inversores”, explica.

“Imaginemos un mundo sin estadísticas. Los gobiernos tropezarían en la oscuridad, los inversores perderían dinero y a los votantes les costaría mucho pedir cuentas a sus autoridades políticas”, cree en la revista y aclaran que, aunque no pueden estar seguros de que todas las cifras que publican sean confiables, en general, los especialistas oficiales en estadísticas actúan de buena fe. “Solo hay una excepción. Desde 2007, el gobierno de Argentina publica cifras de inflación en las que prácticamente nadie cree ”.

The Economist da cuenta de que los consultores privados y las oficinas de estadísticas provinciales duplican las cifras oficiales de inflación. “Lo que parece haber comenzado como un deseo de evitar noticias adversas en un país que tiene antecedentes de hiperinflación, ha derivado en el envilecimiento del INDEC , que alguna vez fue una de las mejores oficinas de estadísticas de América Latina”, reconoce la publicación, que da como ejemplo de la falta de independencia los despidos de los técnicos y la contratación de empleados “cristinistas”. A eso le suma “lo que constituye un extraordinario abuso de poder ”: la persecución de los economistas, que tuvieron que dejar de publicar sus estimaciones. También destaca el perjuicio que la manipulación de datos generó a quienes tienen bonos vinculados a la inflación.

En la revista no ven que el país tenga intenciones de volver a las estadísticas creíbles: “El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que dirigió el asalto contra el INDEC, sigue siendo uno de los asesores más cercanos a la presidenta”, observa. También destaca que las recomendaciones del FMI, para quien Argentina no tiene cifras confiables, fueron ignoradas .

Así, para calcular los precios del país, The Economist usará los datos de PriceStats, firma especializada en inflación que produce cifras para 19 países que son publicadas por State Street, un banco de inversión. “Temíamos que, de optar por alguna de las oficinas provinciales, ésta pudiera ser objeto de presiones”, dice. De hecho, la revista publica el índice Big Mac con los valores de todos los países y en la Argentina el gobierno presionó a McDonald’s para que bajara esa hamburguesa. PriceStats está en EE.UU. y, aunque “Argentina dirá que mide el consumo de ricos y no el de pobres, que no compran online”, sus cifras coinciden con estadísticas oficiales como las de Brasil o Venezuela, justificó.

A ver: qué extraemos de lo leído.

La nota es un compendio de todos los lugares comunes habituales en las notas de los dos accionistas mayoritarios  de Papel Prensa: estadísticas en las que "nadie cree", persecución a los pobres consultores privados y a los pobres institutos provinciales.... Ninguna mención a que las consultoras privadas en ningún caso pudieron demostrar que hicieran índices mínimamente fiables, ninguna mención a que los índices provinciales muestran enormes diferencias entre sí. Da lo mismo, en realidad todo lo que digan da lo mismo, de lo que acusen al Indec o a cualquiera se lo tendrán que aplicar ellos mismos, de tantas cosas erróneas que han publicado desde su creación. Porque ellos están en otra cosa...

Bueno, la cuestión es que no publican ningún índice de acá, porque pobres, las presiones... y entonces...

Así, para calcular los precios del país, The Economist usará los datos de PriceStats, firma especializada en inflación que produce cifras para 19 países que son publicadas por State Street, un banco de inversión. 

Pero el banco de inversión se convierte en una nota al pie posterior del Economist...

CORRECTION: This article originally described State Street as an "investment bank". A "financial services firm" is a more accurate description of what it does. This was changed on February 24th.

O sea, pasa de banco de inversión a empresa de servicios financieros, mmm osea, en realidad ni siquiera sabían a priori de ese "banco de inversión" ¿Por qué? ¿No será que alguien les dijo "ésta es la posta"? ¿Y quién...?

Bueno, pero suena bárbaro, Pricestats, de State Street. Pero... quién hace este índice:

Roberto Rigobon is the Society of Sloan Fellows Professor of Applied Economics at the Sloan School of Management, MIT, a research associate of the National Bureau of Economic Research, a member of the Shadow Committee for Financial Regulation in Latin America, and a visiting professor at IESA. Together with MIT Professor Alberto Cavallo, he founded PriceStats in 2011, with a mission to become the leading source of daily inflation statistics around the world.

¡O sea, el índice lo hace el hijo de Cavallo! Tanta palabrería, tantas impertinencias y acusaciones sin sustento...para llegar a eso! Viendo el origen del asunto, convenientemente ocultado por Clarín, ahora se entiende la frase suelta, que también está en la versión original del Economist:

También destaca el perjuicio que la manipulación de datos generó a quienes tienen bonos vinculados a la inflación.

Es de lo único en realidad de lo que quieren hablar. Y de sostener por supuesto también la rueda de las ganancias extraordinarias en marcha, como nos cuenta en esta magnífica nota , Roberto Navarro. "Los responsables de la inflación" .

Siempre hay igual una joint venture entre las empresas y  los propios accionistas mayoritarios de Papel Prensa:  las empresas acumulan ganancias extraordinarias y la inflación desestabiliza al Gobierno, como volteó a tantos otros gobiernos. Todos -ellos-salen ganando.

Vale la pena -los que sepan algo de inglés- ver la presentación de PriceStats enmascarada en una nota sobre inflación en Latinoamérica en State Street, como todo gira alrdedor de "proteger el portfolio de los inversores de la inflación". Es para lo único que se usan los índices de inflación. Lo diremos una vez más: a las personas no les afecta el índice de inflación, le afectan los precios de las cosas. Hay un abismo entre una cosa y otra. toda esta discusión es sobre el índice, y es sobre las ganancias de los inversores. Nada más.

Ahora, no me digan que no se merecen el título que hace tiempo ya les atribuímos:


RH

jueves, 2 de febrero de 2012

Moreno, el omnipresente ausente

Cada tanto uno se agarra la tarea masoquista de ver cómo se las ingenia el monopollo para tratar de arruinarnos el día, en este caso, económicamente.

Hay una columna de Fernández Canedo, que ya no sabe qué hacer para aguar más la fiesta. Penosa. No voy a dar ningún detalle; no lo merece.

Mejor reírnos un rato. Hablemos del supermanlo Moreno. Aclaración importante: todo lo que se muestra es del número actual de IECO de Clarín. Todo de ahora, Moreno recién salido de fábrica.

Para empezar, la habitual mención al INDEC; según el hermano de Altamira se cumplen 5 años de la entrada de Moreno en el INDEC, y blablablabla, las provincias, el CER, etc. Lo de siempre. Se pasaron 5 años diciendo que por lo del INDEC, venía el fin del mundo, el mundo, grrr, sigue andando.

Igual, los invito a ver un poquito de las herramientas que usan para desacreditar al INDEC...


O sea... la del INDEC es falsa porque sí... ¡y las que presentan 46 puntos de diferencia entre sí son "reales"!

Si recorren ese IECO repleto de grandes noticias que intentan ser transformadas en malas, hay varias referencias a una supuesta inflación real que sería la que arruina todas las buenas cifras de este Gobierno; tan fiables como estos dos índices que el monopollo da por reales, a pesar de que hay 46 puntos entre ellos.

Sigamos con el supermanlo.




Leamos la nota. Ufa. Otra vez. Pero ché, no puede ser. Otra vez. Efectivamente... ¡nada en la nota dice que Eki tenga lazos con Guillermo Moreno!

Lo que más podría aproximársele, sería esto...


Pero Moreno ni sale mencionado.  O sea, está sin estar. Qué bárbaro ¿no?

Sigamos, mismo número de IECO,



Veamos la nota. A ver...

Pese a que tanto empresas como Gobierno niegan cualquier tipo de presión e insisten que son políticas comerciales, fuentes cercanas a las cámaras empresarias confirmaron que se trata de rebajar precios para que se faciliten algunas importaciones a esas firmas.

O sea, lo de siempre, Moreno dice que no, el Gobierno dice que no, ellos dicen que no, pero... ah, las fuentes cercanas (¿del tercer tipo?) son las que mandan, y de ahí al titular certero, hay apenas unos centímetros...

O sea, Moreno sigue omnipresente. Omniausente. Ya no sé.
 
Ahora bien, hablando del contenido de la noticia en sí mismo, merece la pena llamar la atención sobre un hecho; la aparición de una temporada de rebajas en las grandes cadenas, lo cual dice sencillamente que la economía argentina y su tamaño han alcanzado una entidad suficiente como para realizar este tipo de acciones promocionales, que sólo se hacen en economías fuertes y previsibles en cuanto a su fortaleza ¿Por que? Porque se entiende que resulta más barato sacarse de encima mercadería de temporada, porque sabés -por la fortaleza, ¿viste?- que vas a traer nueva y la vas a vender también. 

Estas acciones deben estar reglamentadas por la secretaría de Comercio, como lo están por sus equivalentes en otros países del mundo, como pueden ver en este resumen de España








¡Está en todos lados!¡Hace todo!

Bueno, pero no. La posta es la que sigue, de la columna de Fernández Canedo que mencionamos al principio, y en la cual, ejem, no íbamos a profundizar. 

Tal vez, lo que intente Moreno en las próximas semanas sea sólo crear un “colchón” de dólares equivalente a un mes de importaciones (¿US$ 6.000 millones?) para sentirse más seguro en un año con menos dólares.

"Sólo". Tanta historia, para "sólo" eso. Después de todo lo que le atribuyeron. Nada de sustitución de importaciones para más trabajo para los argentinos y que estos puedan comprar en las rebajas de Zara (o a los pequeños diseñadores y fabricantes argentinos, mejor aún!)

Igual, está buenísimo ver este suplemento. Porque está tan lleno de buenas noticias, entre las buenas y las que ellos presentan como malas, que no se pué creer.

Porque en el fondo, el supermanlo Moreno representa una cosa: un Estado cada vez más fuerte, que garantice igualdad de oportunidades y derechos; que impide que este país y esta sociedad sean el campò de batalla para los depredadores impunes de siempre.

Gracias monopollo, por visibilizarlo tanto.

RH

miércoles, 12 de octubre de 2011

El "sinceramiento" de la economía. Esa frase que tantas veces nos arrasó

Tanto hablar (escuchar) de que el Indec miente, que terminé cayendo. A ver los que me vienen a la memoria...

Pinedo senior
Alsogaray
Krieger Vasena
Rodrigo, el del rodrigazo
Martínez de Hoz el supremo
Roberto Aleman
Cavallo el infame (con Dagnino Pastore)
Cavallo el infame reloaded (con Menem)
Cavallo el infame final fantasy (con De la Rúa)
y los que lo sucedieron hasta el 2003...

Todos estos, impílcita o explícitamente, aplicaron una cosa dada en llamar "el sinceramiento de la economía".

Curioso. Sinceramiento de la economía. Venían a decir, en todos los casos, que lo que los débiles, las mayorías, tenían como derecho, eran privilegios y que una supuesta verdad económica enunciada por ellos mismos, los de la lista, indicaba que debían ser abolidos.

Esa era la verdad de esos economistas. Su sinceridad. Y la abolición de derechos, su consecuencia. Y siempre el método fue el mismo: cambiarle el valor a las cosas que detentaran los débiles/las mayorías. Aumentar brutalmente lo que debían pagar, aumentarles los impuestos, los servicios públicos. rebajarles los salarios. Devaluar brutalmente para que los poderosos pudieran exportar sus materias primas, generando al mismo tiempo una brutal inflación en los consumos básicos de los más débiles/las mayorías.

Y reventar la economía del estado para que pierda su valor y así poder quedarse a precio vil con todo, sus riquezas naturales, la administración de los recursos públicos... todo.

Sinceramiento.

Y esos es lo que pasa en el mundo en este momento: el discurso es el mismo, Grecia debió sincerar su economía, y Portugal, y España, y ahora parece que Eslovaquia...

O sea, siempre el sinceramiento fue: te dejé que disfrutaras un rato, pero este país, el mundo fue, es y será de nosotros, los poderosos, los que siempre lo poseímos.

Y siempre encontraron oídos dispuestos, hasta que llegó Néstor con su cuaderno Arte.

Por ahí va lo de "la mentira del Indec". Claman todo el tiempo por el sinceramiento, ese cuyo rostro ya vimos tantas veces. De ahí su goce en dar malas noticias, en que la inflación es más de lo que es, que a la Argentina no le creen, que estamos aislados... Esa ha sido la sinceridad de esos poderes que siempre nos han hecho creer que eran mayoritarios, los portadores del sentido común, de la verdad económica... Y son unos simples timberos, especuladores mentirosos, apropiadores, estafadores.

Poe suerte, Néstor nos dejó sembrados de cuadernos Arte. Qué grosso.

RH

PD: Y Cavallo sigue insistiendo con lo mismo, con las mismas palabras! Acá.... Escriban sinceramiento de la economía en el Google... no se pué creer...

Inflación: esta frase de Binner lo explica todo


..."un Indec que es absolutamente mentiroso, porque nadie cree en sus números”

La frase es de Binner, pero podría ser de cualquiera. Se nota lo que pasa ¿no? No es que nadie cree en los números del Indec y por eso es mentiroso. El enunciado es al revés, el Indec es mentiroso porque nadie cree en sus números. ¡Qué grosso el fallido! Desnuda la construcción de sentido sobre el tema de la inflación perpetrada por los medios hegemónicos desde hace años. Poner en duda, o directamente cuestionar absolutamente para que lo falsamente denunciado, "lo mentiroso", se "falsifique", se "realice" como falso. Así es como han trabajado y trabajan para desestabilizar. En este caso, haber generado expectativas inflacionarias para que la inflación así "obtenida" se volcara en los índices.

Igual, hay que ser inconsistente para soltar algo así... ¿eh Binner?
RH

lunes, 22 de agosto de 2011

Esto tendría que estar prohibido desde hace años



Qué cosa se preguntará Usted. La respuesta es: estamos ante un caso flagrante de engaño al consumidor. Y las grandes cadenas vienen repitiéndolo desde hace años.

Estas fotos fueron tomadas ayer en el Disco, a la vuelta de mi casa.

Veamos. Lo que dice en grande, es que hay 25% de descuento comprando carne de novillito, ternera  o cerdo, y 40% si pago con la tarjeta Más, que es la de Jumbo, Disco, etc.

Cuando la letra se achica por primera vez, aclara que es para comprar con pesoschecks -vales-. en tu próxima compra.. Buéh, la cosa no era tan generosa... pero bueno, sigue siendo algo.

La letra vuelve a achicarse y ahí nos enteramos que es comprando 100 pesos, y que los pesoschecks son para usarlos del 30 al 31 de agosto, que caen... martes y miércoles.

Si volvemos a achicar la letra, en la última línea, muy chiquito, dice que en esta promoción NO se incluyen los "productos acordados con el Gobierno".

Volvamos a achicar la letra; vamos al precio sobre lo que se practican estas a primera vista tan extraordinarias promociones:


O sea: el descuento, la promoción, la practican sobre un precio de 50 pesos el kilo -en este caso de peceto, pero todos los precios andan por ahí-  que es entre un 20 y un 40% por encima de lo que cuesta la carne en las carnicerías en donde suelo comprar, que es en General Pacheco, partido de Tigre. Y aclaro que la carne de Pacheco es excelente en todas las carnicerías que compro. Y que la de Disco, la documentada en la foto, no es de estancia las Lilas. Es carne común y corriente, bonitamente envasada, bonitamente iluminada. Y que la carne en pie, le cuesta más o menos lo mismo a todos, seguramente por volumen a Disco algo menos.

Entonces tenemos que Disco te hace una promoción que consiste en que te ofrecen entre un 25 y un 40% de descuento sobre algo que te están cobrando un monto más o menos equivalente por encima. Pero además, ese descuento en realidad te lo abonan para que con ello pagues otros productos que ellos mismos te venden, que, como no podría ser de otra manera, también te cobran entre un 20 y un 40% más que en otros lados, y hasta un 70% en los lácteos.

A ver, pongámoslo en práctica. Vas al Disco con los vales porque no los vas a perder, y, naturalmente, terminás comprando otras cosas pagando también entre el 20 y el 40% más. Llegás a la caja... y resulta que es bastante probable que no puedas usar los vales. Porque como mostrábamos arriba, los vales son sólo para usarlos 30 y 31 de agosto, que caen martes y miércoles, y la promoción abarcó del jueves 18 al lunes 22. Teniendo en cuenta que la mayoría de los que compran en cadenas tienen su vida bastante "organizada" y suelen ir a comprar siempre el mismo día de la semana, una enorme cantidad de los que compraron impulsados por el cartel de 25 o 40% no podrán ir o ni se les ocurrirá ir martes o miércoles, y a disco le salió redonda.

Ahora alejemos el zoom, y vayamos a las promociones que en general hacen todas estas cadenas, Jumbo, Coto, Carrefour, etc con las tarjetas. Por ejemplo esta, de ayer en Disco:


Es ilustrativo pararse en la puerta de un Coto y mirar las promociones de la semana, cada día con tal o cual tarjeta de tal o cual banco tal o cual descuento, todos entre el 10 y el 25%.
Estamos ante lo mismo; son descuentos que se hacen sobre precios infladísimos, o sea, el efecto en su facturación es menos que neutro; por el contrario, en base a un engaño se induce a la gente a comprar pagando carísimo.

Se logra con esto unos efectos colaterales que resumo aquí:

La "gente" cuando ve los precios, echa la culpa al Gobierno, y agradece a las cadenas su generosidad con los descuentos comprándole mientras putea al Gobierno.

Y otra consecuencia es que hace muy difícil, por no decir imposible medir los precios fiablemente para calcular lo que cuesta la canasta familiar y por ende la inflación. Porque la realidad es que los precios que deberían tomarse son los que el consumidor termina pagando, que en este caso, quien sabe cual es. Depende del consumidor, y con estos "descuentos", las desigualdades llegan a lo extremo.

O sea, ni el Indec, ni las "privadas", ni lo que es peor, los consumidores pueden saber lo que les cuestan las cosas, porque las cadenas les hacen lo que sigue con los precios y descuentos:


 Y esto, vaya si tiene resultados para las cadenas: su rentabilidad es altísima -Mercedes Marcó del Pont lo sabe, que es quien ve sus cuentas de resultados-, y está basada en estos juegos de "inflación", "descuentos", "promociones", todo entrecomillado, todo saqueo al consumidor que, desinformado por los socios mediáticos de las cadenas, culpa al Gobierno.

Compañero Moreno: esto no va más. Descuentos de ese volumen sólo pueden estar sustentados en aumentos de igual o mayor volumen, y se violan de esta manera La Ley de Lealtad Comercial y seguramente algunas más. Antes no teníamos el poder para enfrentarlos, y, en lo concreto, seguramente no tendríamos la "potencia de inspección" necesaria para enfrentar a estos expolios, en los que encima se sustenta la inflación, con la que nos corren. Nos parece que ahora tenemos más recursos; esta es una batalla que hay que librar.

Ahora somos fuertes, ahora es el momento.

RH

miércoles, 15 de junio de 2011

Inflación: publicando datos falsos el grupo A insiste con el terrorismo económico


La última idea de los terroristas económicos es publicar un "indice del Congreso",  y como siempre, Gil Lavedra, el patrocinador del number one de los delincuentes estadísticos, Nico Salvatore, encabeza la cruzada para provocar más inflación.

Si ya se sabe que las consultoras no cuentan con los medios técnicos para hacer un cálculo fiable y que en la mayoría de los casos directamente se inventan los datos de inflación que publican, que el grupo A publique un índice promediando esos datos falsificados roza lo delictivo. Y encima lo titulan pomposa, demagógica y falsamente como "índice del Congreso". Ese índice no sirve para nada, no tiene ninguna validez científica, aplicación práctica y sólo sirve para generar expectativas, malas en todos los casos, porque siempre superarán el índice oficial. No hay libertad de expresión a la cual puedan agarrarse, están publicando datos falsos con toda la conciencia. Y el terrorista Gil Lavedra les garantiza la impunidad con estas palabras


O sea, la "privada A" hace un índice x, la "B" un índice y, y el "C" un índice z y ¡ellos los promedian!. Es el colmo de la ligereza, de la tomadura de pelo.

Es tan descarada la operación que ya ni siquiera disimulan el objetivo; ya la preocupación por "la gente" no aparece por ningún lado. Veamos de quienes se preocupan:



Las pobres consultoras, los pobres inversores. Ya se exprimió a "la gente" con la 125, ya la "gente" no corre más.

Todo esto es archimotorizado por Clarín, fue tema de primera hora de la mañana en Todos Nefastos, y titulado en el pasquín con el patéticamente futbolero título:

Inflación: en su debut, el índice del Congreso fue del 1,5%.

Pero se les ve tanto la hilacha, son tan obscenamente descuidados, que la dirección web dice "Congreso-Moreno" (http://www.ieco.clarin.com/economia/consultoras-inflacion_mayo_2011-Congreso-Moreno_0_499150353.html), lo que explicita al título futbolero: es el partido (combate) de su Congreso (UCR, CC, PF, PRO) contra el malísimo Moreno.

Lo paradójico es que en una de las subnotas, titulada terroristamente: "Hoy la inflación es un limitante para que los bancos den más crédito" se revelan -involuntariamente- las consecuencias de este activismo inflacionista: las expectativas.

Se trata de un reportaje al titular de la asociación de bancos extranjeros en nuestro país, que transcribimos casi completa. Aclaramos que las P's y las R's son nuestras (pregunta/respuesta), porque si se observa el texto original, hasta en la composición del texto Clarín induce a la confusión;  hay inserción de blancos en donde hay una continuidad en el discurso del entrevistado, no hay diferenciación entre preguntas y respuestas, etc. Todo para que la mala onda de las preguntas se confunda con los respuestas, que más allá de algunos matices, suenan razonables, aunque se pueda disentir con algunas; al fin y al cabo es un banquero. Los "rojos" resaltan la mala onda del entrevistador.

P.: Hace décadas que los presidentes reclaman a los bancos prestar a más plazo y menor tasa. ¿Habrá que esperar mucho más para que eso ocurra? 
R:. Liquidez hay de sobra. El reclamo es porque no se le presta más al sector productivo. Pero hoy los créditos se dividen mitad y mitad entre empresas e individuos. El problema es que tenemos todos los depósitos a 30 días. El desafio es alargar los plazos depósitos y para eso la gente tiene que tener confianza en la moneda local. Es claramente un problema de expectativas.
P:¿Deberían subir las tasas de interés que se le pagan al ahorrista, acercarlas a la inflación real, para revertir ese fenómeno? 
R: En el mediano plazo sí. Pero el problema es tener el claro cuál es la inflación. Porque una suba de tasas a los depósitos arrastraría las tasas activas a las que se dan los préstamos. No es un tema fácil de resolver. De vuelta, ayudaría una mejora de las expectativas.
P: ¿Los bancos plantean el tema de la inflación al Gobierno?
R: Nunca nos llamaron para hablar de inflación. Nunca se generó el debate de cómo atacar la inflación, ni tampoco nos pidieron propuestas. A mí me parece que la inflación está amesetada, y ahora hay que tratar de que baje.  
P:¿Qué pasa con otra variable clave, como el dólar? ¿Se puede pensar a largo plazo cuando todo el mundo supone que algo va a pasar con el dólar después de las elecciones?
R: Como la inflación, es un condicionante. Por eso le propusimos al Gobierno armar un seguro de tasa, que, vale aclararlo, no es un subsidio. Lo que queremos es un mecanismo donde se fije una tasa de referencia. Se fija la tasa de captación, y si esta sube el BCRA pone la diferencia, y a la inversa, si la tasa baja, la diferencia la ponen los bancos. Con ese mecanismo se podría prestar a tasa fija y en pesos a cinco años de plazo, por ejemplo. Es la manera de que el deudor sepa cuánto va a pagar durante todo el préstamo.
P: ¿Porqué cree que después de muchos años de alto crecimiento, no se consolidaron las expectativas? 
R: Siempre estamos discutiendo lo coyuntural. Hay que planificar cómo crecer. No estamos pensando en desarrollar un mercado de capitales que financie las grandes inversiones que se necesitan y por eso enfrentamos periódicamente cuellos de botella.
P: ¿El modelo llegó a su limite? 
R:  Hay que hacerle retoques. El modelo funcionó y funciona, pero se debe hacer algún ajuste. El tema salarial está tocando un limite. Seguir ajustando salarios sin mejoras reales de productividad no va más.
P: ¿Le tiene miedo a la dolarización. que se aceleró en estos meses
R: Se adelantó la compra típica de los procesos electorales, arrancó cinco meses antes de lo previsto. Pero lo que se observa, y que es positivo, es que la gente dolariza sus ahorros, pero los dólares quedan en los bancos. 

(...)

Si se repasan las opiniones del banquero, que tiene que pensar en el largo plazo de su negocio, no hay incendios: "el modelo funcionó y funciona", "a mí me parece la inflación está amesetada"(!), "pero los dólares quedan en los bancos". Ah, y ni una palabra sobre el Indec, sólo que "hay que tener clara cuál es la inflación", y eso en el contexto de una pregunta sobre tasas para diseñar un sistema que asegure a tomadores de créditos, bancos y Banco Central para poder prestar a largo plazo. Ninguna boludez. Y el banquero repite, ante el asedio mala onda del entrevistador, que es una cuestión de expectativas. 

Desde el 2005, desde que Clarín y sus cómplices declararon la guerra a este Gobierno, el esfuerzo mediático y de la oposición está centrado en la generación de malas expectativas. Cada medida era el fin, la estatización de las AFJP, el uso de reservas para el pago de deuda, los canjes iban a fracasar."Algunos indicadores meten miedo".

Como decía Nico Salvatore, el patrocinado por Gil Lavedra, en la presentación de Buenos Aires City, uno de "los privados", en el 2008:


O sea, todo mal.

Y la intervención del Indec, ésa es la peor para ellos. Desacreditar al Indec delata en sí mismo el objetivo de crear malas expectativas. Ya hablamos en reiteradas ocasiones de ello, de porqué les duele tanto; por haber desactivado una operación que al ciudadano argentino le hubiera costado -una vez más- miles de millones de dólares. Cuando se presente el informe "Indec: la verdad" tendremos un panorama claro

Cerremos por el comienzo, el "indice del Congreso"..

Voy a ser patotero: 

Creo que Moreno tendría que intimar a "los privados" a confirmar o desmentir que el "indice del Congreso" está confeccionado en base a datos aportados por ellas. De ser así, y seguir sin aportar datos de cómo confeccionan los índices, repetirles la multa, duplicada por ejemplo. Y extender esa multa a Gil Lavedra y sus adláteres, porque al fin y al cabo cometen esa misma infracción, agravada porque no pueden demostrar ningún "expertise" en lo que hacen público. Y no sé si no demandarlos judicialmente: hay malicia en la difusión de datos engañosos.

El monje negro del pelo blanco, que dice que la cifra ofrecerá “un punto de asidero verdadero que es seguramente lo que esperan los mercados”. no puede seguir impune por más tiempo.


RH

lunes, 6 de junio de 2011

González Fraga, Gil Lavedra. El establishment va por todo

Gil Lavedra siempre aparece.






Gil Lavedra siempre está ahí. Y pareciera que González Fraga llega de su mano a la candidatura a vicepresidente. Veamos las relaciones:


Gil Lavedra y González Fraga llegan hoy a la provincia 


A un lado de Lavagna se sentó su compañero de fórmula, el radical Gerardo Morales, y del otro Javier González Fraga, candidato a ministro de Economía. También estuvieron los "ministeriables" Alberto Coto (Interior), Gustavo Bianchi (Energía y Obras Públicas), Abel Posse (Relaciones Exteriores), Ricardo Gil Lavedra (Justicia) y Héctor Moguilevsky (Salud y Acción Social).

Lo de Abel Posse como ministro de Relaciones Exteriores tiene su morbo, en una propuesta como la de Lavagna que también la iba de progresista.

Pero además, resulta interesante ver cuál es el tema que resalta Clarín ya en ese entonces, en la presentación de de ese gabinete:

De paso, cuestionó al INDEC y acusó al Gobierno de  "ocultar más de un millón y medio de pobres". 

Sentados a su vera, González Fraga y Gil Lavedra. Y de lo que se habla en esa presentación de un potencial gabinete es sobre el Indec.

La verdad es que ya deja de ser llamativo ver a Gil Lavedra interviniendo a favor del establishment.

Es más, uno se pregunta si no será al revés, si a través de Gil Lavedra el establishment no habrá colonizado a la UCR. Si toda esa reiterada preocupación de la UCR por "autarquizar" al Indec no formará parte del plan para volver a saquear a los habitantes de este país. Porque como cuenta Verbitsky:

JFG es partidario de eliminar las retenciones y reemplazar esos ingresos por un nuevo festival de bonos y aumentos tarifarios.

Para ilustrarnos, podemos ir a eduardoduhalde.org y vemos como JFG expresaba su intención de quitar todas las retenciones y reemplazarlas por la colocación forzosa de títulos públicos, o sea, endeudar al estado y generar negocio financiero al precio que sea. Y esto, vía Perfil y la web de Duhalde.

Acaba de ocurrírseme algo tremendo, que es lo siguiente.

Si soy candidato a presidente, para satisfacer al establishment, nombro a uno de los suyos ministro de Economía, o presidente del Banco Central. ¿Como vicepresidente...? El cargo de vicepresidente es el de número uno en la línea sucesoria de la presidencia, o sea por si el presidente se muere o deja el cargo antes de terminar su mandato. Y esto -no terminmar el mandato- sucedió con todas las presidencias radicales desde el segundo mandato de Yrigoyen.

¿No da que pensar?  Estremece un poco. 

Teniendo en cuenta además que durante dos años el establishment intentó voltear a Cristina contando explícitamente con Cobos como reaseguro.

Imaginemos a Alfonsín presidente. Intenta aplicar las medidas que el establishment le indica, se pudre todo. Renuncia, como para seguir la estadística. Y quién queda. El hombre que, luego de haber compartido toda la campaña con Gil Lavedra en el 2007, "no sabe por qué lo convocaron". 

¿Soy paranoico? Puede ser. Pero la verdad es que, escuchando en la radio que los temas de la semana son Shoklender y ahora, que por culpa de Moyano se murió alguien, se comprueba que no se van a detener ante nada, que van por todo al precio que sea.

En unos días, según cuenta aquí, la presidenta recibirá el informe sobre lo que se halló durante la intervención del Indec. Quizás ahí podamos saber algo más de toda esta trama. Mientras tanto, a seguirla peleando, que acá en la CABA tenemos mucho que hacer.

RH

miércoles, 16 de febrero de 2011

Consultoras e inflación: el fin de la impunidad

La secretaría de Comercio decidió por fin intervenir en el "mercado" de las consultoras, luego de años de falta de rigor por parte de las mismas e impunidad a la hora de pagar los costos de las inexactitudes o directamente falacias que las "consultoras" hacen públicas. Pueden verlo aquí

Hace unos meses Huinca publicó la nota  "Inflación: una conspiración contra todos los argentinos"

En dicha nota analizábamos el comportamiento de estas consultoras; en particular de Buenos Aires City, la de mayor exposición mediática por su continua cita por parte de los medios monopólicos. Nos cuenta Página 12 que en el procedimiento iniciado, a la directora de dicha "consultora" hubo que buscarla en su casa, porque la misma (la "consultora") no tenía ni dirección ni teléfono. Un indicador excelso del grado de seriedad esperable de esta consultora. Resulta dramático pensar que algo así tenga tanta incidencia en la vida cotidiana de todo un país, pero es una demostración palpable del rol multiplicador y legitimador de prácticas reprobables o directamente delictivas que tienen los medios de comunicación masivos. Creemos por tanto que si esta denuncia prospera, debería hacerse extensiva a quienes publican los "datos" que emiten estas "consultoras", puesto que tienen que asegurarse, antes de publicarlos, que la fuente es fiable. Sino, serán simplemente lo que en realidad ya son: terroristas de la palabra.

Un ejemplo de esto último lo hemos visto estos días: al mismo tiempo que Clarín publicaba en su portada noticias aterradoras sobre el precio de la verdura, yo elegía entre distintas verdulerías en Benavídez, partido de Tigre, donde compraba dos kilos de tomates por 1,99, dos kilos de berenjenas por 1,99 (compramos 4 para hacer conserva), un kilo de morrones por 1,99 y así sucesivamente. Nada de Mercado Central: verdulerías comunes y corrientes. Por supuesto, vendrá el que diga "claro, pero compran en las quintas de ahí". Como si el Carrefour comprara los tomates en el sur de Alemania.

Y al mismo tiempo, tenía que ver casas para alquilar: las inmobiliarias, montadas en la "legitimidad" de los "índices" publicados por los medios , te proponen ajustes anuales de entre el 20 y el 25%.... ¡y cobrarte la comisión sobre los años de contrato ya ajustados! O sea, no sólo crear inflación aumentando los precios desde ya para dentro de uno y dos años, sino cobrarte AHORA por esa supuesta inflación. Y, como si esto fuera poco señoras y señores, año a año cobrarte además un aumento en el depósito, o sea, desconociendo que uno ahora les dio UN MES DE ALQUILER y tendrían que devolverte lo mismo, un mes de alquiler,  cuando te vas. Y todo esto, producto del Phi esperado, esa espada flamígera blandida por las "consultoras" y sus multiplicadores mediáticos.

Que se vaya a fondo en este tema es crítico para derrotar a estos desestabilizadores crónicos;. En España hace unos años, un juez que dirimía otra cuestión -y que terminó encarcelando a los responsables- utilizó la figura maquinación para alterar el precio de las cosas. No estaría mal que esa figura se aplicara aquí.

Abajo volvemos a pegarles completo nuestro post, en el que investigamos a fondo esta historia. Los que no lo hayan leído, tómense un ratito si tienen ganas.






“Una verdad se inventa con suma precisión
y la labor inmensa de la imaginación.”
Juana Molina, La verdad

Cuesta mucho titular esta nota. ¿Inflación, un relato de suspenso? ¿Buenos Aires City, historia de una conspiración? ¿Otro golpe de mercado en marcha? ¿Estafa al pueblo argentino?

Esta nota es larga, muy larga. Pero no podía ser de otra manera; los personajes e instituciones implicados son muchos; las consecuencias de los hechos relatados, importantísimas, casi decisivas en la vida de millones de argentinos.

Por algún lado hay que empezar, así que…

Buenos Aires City se hizo conocida en los últimos años a través de su continua cita por parte de TN, canal 13 y demás medios del monopolio como fuente para establecer una “inflación real” frente a la “manipulada” por “el Indec de Moreno”.

Hace poco alguien descubrió que uno de los titulares de Buenos Aires, Nicolás Salvatore –el otro es Graciela Bevacqua, directora del INDEC hasta el momento de su intervención- , había publicado en su Facebook lo que sigue:

“Este gobierno termina con el mundial, es motivo de celebración. La inflación es un fuego santo, purificador, que incendiará a todo el kirchnerismo en la hoguera. Brindo por Phi (inflación esperada) esperado!! Y no sólo brindo, me voy a encargar, como todos los meses, de que Phi esperado sea alto, muy alto, recontra alto, como diría el finado Guido Di Tella”.

Este declaración tan poco ambigua fue visibilizada por 678, y tuvo como consecuencia que el monopolio hiciera desaparecer a Buenos Aires City como fuente explícita de indicadores "reales" de inflación para convertirse en el eufemístico “los privados”.

Pero ¿Qué es Buenos Aires City, qué son “los privados”?

Lo mejor es dejar que Buenos Aires City hable por sí misma (y ya que está, de "los privados"), a través de su presentación La Reconstrucción de la Serie de Inflación Minorista, El IPC City, por Graciela Bevacqua y Nicolás Salvatore, de febrero del 2009, que se publicó aquí como anexo en La Nación, o, si por esas cosas no pueden acceder, pueden leerlo aquí.

Se trata de una presentación “seria” , llena de tecnicismos, en las que trata simultáneamente de presentar el IPC City como el verdadero continuador del IPC –índice de inflación- del INDEC previo a la intervención,y demostrar la poca confiabilidad de los índices de las otras consultoras privadas y de los índices provinciales actuales.

Comencemos por la página 4, donde Buenos Aires City nos cuenta de por qué los índices de las consultoras privadas no son fiables:

“…Estas estimaciones carecen frecuentemente tanto de la necesaria rigurosidad científica como de las bondades estadísticas deseables.

Entre las principales debilidades de estos índices privados, se destacan:

a) la virtual ausencia de técnicos suficientemente experimentados en la confección de un IPC "muestral", técnicos que son un "activo" extremadamente escaso en Argentina, debido a históricas debilidades institucionales del INDEC vinculadas al procesamiento de la información oficial y a la formación de recursos humanos capacitados para ellos;

b) la ausencia de relevamientos "en campo" debidamente diseñados e implementados, limitándose en muchos casos las estimaciones privadas a muestras confeccionadas en base a datos primarios relevados vía Internet;

c) la ausencia de relevamientos de precios en los partidos del conurbano bonaerense, limitándose las muestras privadas a la Ciudad de Buenos Aires;

d) muestras estadísticamente mal conformadas: a diferencia del INDEC, que trabaja con una muestra poblacional suficientemente representativa (tanto como lo desee), las estimaciones privadas deben necesariamente realizarse en base a muestras "chicas"; por ello su (escasa) expertise en la conformación de la muestra se torna crítica a la hora de evaluar las bondades estadísticas de las estimaciones.”

Demoledor. Si recorremos la presentación, podrán ver que sólo una “privada” (y anónima) se salva; y su única virtud es que sus índices se parecen a los de Buenos Aires City.

Para complementar lo que dice Buenos Aires City, informémonos cuánto cuesta la recogida de datos para medición de precios. Consultamos para ello a una persona que dirigió durante años el trabajo de campo de una consultora muy conocida.

-Para hacernos una una idea aproximada ¿Cuánto puede costar un estudio de 1000 encuestas, con volcado y procesamiento de datos, análisis, informe, presentación?

-Y… unos 60. 000 pesos.

Pero esto es una vez=un mes.

Pero recordemos que los precios hay que tomarlos todos los meses.

60x12= 720.000 pesos al año.

¿Qué consultora puede permitirse hacer esto gratis, sólo para salir en la tele comparándose con el INDEC? Creemos que ninguna. ¿Entonces cómo lo hacen? ¿Lo inventan? En algunos casos es bastante probable, en otros, seguramente utilizan datos de estudios regulares que realizan para determinados clientes (lo que se llaman paneles), los cocinan un poco con lo que se pueda averiguar a través de internet, y ya está. Los datos de inflación que aportan pueden ser orientativos, pero no tienen validez estadística por las “debilidades” que señala correctamente Buenos Aires City en su presentación.

Veamos cómo dice que toma los datos Buenos Aires City:

“3. La muestra se conforma en base a datos relevados en Ciudad de Buenos Aires y partidos del GBA (representativos de los 24 partidos), correspondientes a aproximadamente 20.000 precios y 550 variedades. La canasta de bienes y servicios está diseñada en función de: a) la importancia relativa del porcentaje de gasto en la apertura del IPC, b) la factibilidad del seguimiento de estos bienes y servicios a lo largo del tiempo, y c) su nivel de consumo y permanencia en el mercado”

Como Buenos Aires City pretende demostrar a lo largo de su presentación que es el verdadero depositario de las bondades del INDEC hasta antes de su intervención, su muestra debe parecer rigurosa. Y lo parece: 20.000 precios y 550 variedades.

Pero para tomar 20.000 precios y 550 variedades hay que visitar cientos de puntos de venta, hipermercados, supermercados y verdulerías para las verduras –y hasta ferias si la compra de verduras en ellas es importante según la EPH (encuesta permanente de hogares)-, carnicerías, hiper y super para la carne, negocios de ropa, agencias de viaje, estaciones de servicio, florerías y puestos de la calle para las flores, o sea todo lo imaginable que se consuma y sea significativo dentro del gasto de los hogares. Además a esto hay que adicionarle gastos muy importantes en el hogar como lo son transporte, luz, gas, teléfono, seguros, alquileres. O sea, muchísimo trabajo, en el que tienen que trabajar decenas de personas, todos los días, todo el año. Por lo que podríamos inferir que nuestra hipótesis de 1000 encuestas mensuales no es descabellada, tal vez se quede incluso corta.

Pero la nuestra era sólo una hipótesis; una idea de algo con lo que pudiéramos comparar. Ahora veamos quiénes toman los precios para Buenos Aires City. Para ello vamos a las notas al pie de la presentación de su presentación, que son, como se verá a partir de ahora, el verdadero tesoro de la misma.

En la nota 1 se nos dice:

1 El desarrollo del IPC City está a cargo de Graciela Bevacqua; el trabajo de campo es llevado a cabo por un staff integrado por Hernán Muñoz y un nutrido grupo de estudiantes de la Licenciatura en Economía de la Universidad de Buenos Aires.

O sea que ¿un nutrido grupo de estudiantes es el que tomó los precios?

Nos preguntamos:

¿Cuántos son “un nutrido grupo de estudiantes”?

¿Cobraban?

Si cobraban ¿quién lo pagó? Recordemos que la UBA desmintió que Buenos Aires City sea un instituto de la UBA.

¿En el marco de qué proyecto lo hicieron/hacen? Recordemos que hay que hacer las tomas de precios todos los meses.

¿Son los mismos los que van? ¿O van más o menos yendo unos, después otros?

Los estudiantes, que se sepa, no van todo el año a la facultad, ni de lejos. ¿Qué pasa en las vacaciones? (4 meses, un tercio del año)

¿Quién hace la supervisión? ¿Sólo Hernán Muñoz? ¿Los propios estudiantes?

Estas preguntas no son intrascendentes, porque como dice la nota 8, “La escasez de recursos humanos es una variable sumamente crítica”. Por tanto resulta muy atrevido comparar los datos que pueden haber sido recogidos por el “nutrido grupo de estudiantes” con los que toman los muy experimentados entrevistadores del INDEC, con –además- un sistema de supervisión altamente exigente. En palabras de Ana María Edwin, la directora actual del INDEC, respondiendo a las interesadas críticas al censo antes de que fuera hacerse …"tal vez tienen demasiado escritorio encima y poco barro en las suelas". Efectivamente, hay que tener mucho barro en las suelas para hacer el trabajo de campo para medir la inflación. No parece que el nutrido grupo de estudiantes lo pueda tener.

Para realizar una toma de datos para una medición de inflación hay que tener muchos recursos técnicos, humanos y económicos, como vimos en nuestra hipótesis de costo. ¿Los tienen las consultoras privadas, los tiene Buenos Aires City?

Pero supongamos que los datos que obtiene Buenos Aires City, con su nutrido grupo de estudiantes, sean correctos. Es altamente improbable, pero démosle el beneficio de la duda. ¿Cómo los procesa, cómo los aplica, cómo los interpreta?

Nos lo cuenta Buenos Aires City en la sección III, en la página 5

“El desarrollo del IPC City se basa en los siguientes pilares metodológicos:
Su marco conceptual está delimitado por: a) las recomendaciones del Manual del IPC de la OIT (2004), b) la metodologia vigente hasta diciembre de 2006 en la confección del IPC_GBA11 y c) las mejores prácticas internacionales referidas al relevamiento y procesamiento periódico de nueva información.”

Suena bien lo de a)Manual de IPC de la OIT, y lo de c) las mejores prácticas... eso es insuperable.

Entremedias tenemos:

“ b)la metodología vigente hasta diciembre del 2006,”

O sea, hasta la intervención del INDEC; una vez más se confirmaría la hipótesis de que Buenos Aires City es el legítimo continuador de esa época dorada del INDEC, es decir hasta diciembre del 2006, cuando éste era dirigido por Graciela Bevacqua, quien es la otra firmante de la presentación.

¿Y cuál la metodología que estaba vigente? Hay un diminuto 11 que nos dirige a la nota al pie:

“11 IPC del Gran Buenos Aires, Metodología N° 13, Agosto de 2001.”

Por tanto, Buenos Aires City aplica para la confección de su índice la Metodología Nº 13, que era la utilizada por el Indec hasta el momento de su intervención.

Dejemos que nos hable de la Metodología Nº 13 el señor Ricardo Natalucci, ex trabajador del Indec y editor del sitio www.indec.com.ar:

…“Esa última metodología que hicieron los delincuentes estadísticos se llama “Metodología 13””… “toman en cuenta 800 artículos y servicios, pero por más que usted los busque verá que más de la mitad de esos artículos y servicios no aparecen publicados en la metodología, porque Luis Beccaria, Jacob Ryten, Juan Carlos del Bello, Víctor Beker, Graciela Bevacqua y sus cómplices los mantuvieron en secreto. De esta manera podían computar o no computar cada mes los artículos y servicios que quisieran y así alterar el IPC según sus conveniencias momentáneas, para favorecer a un gobierno con índices más bajos o para perjudicarlo con índices más altos, e inclusive para hacer negocios turbios asociándose con las consultoras y con intereses especulativos de manera de que el pueblo argentino tuviera que pagar mayores intereses por la deuda externa de acuerdo a lo que decidiera esa corporación que manejaba al INDEC.”

Mmm…

1)… “alterar el IPC según sus conveniencias momentáneas, para favorecer a un gobierno con índices más bajos o para perjudicarlo con índices más altos”…

¿Y esto, qué significa? La conducta general hasta el momento ha sido dejar esto en genérico, un sobreentendido; algo así como que un índice de inflación más alto habla mal de un Gobierno, uno bajo habla bien. Se dice claro que la plata no alcanza, que es un impuesto a los pobres…

Las consecuencias en la realidad son mucho más complejas. Expliquemos con un ejemplo vivido en carne propia. Por diversas circunstancias familiares y profesionales, desde el 2007 hasta ahora participamos en la negociación de los alquileres de varias propiedades. En TODOS LOS CASOS, lo que alquilamos y lo que no, en los contratos había una cláusula de ajuste anual del 20 o 25%. Siempre la explicación fue la misma: el Indec miente, la inflación es ésta, la que dice TN. Reaccionábamos: ¿Usted se da cuenta que con eso Usted asegura qu e la inflación anual en alquileres sea de entre el 20 y 25% durante los próximos tres años? Sonrisa socarrona: Lo tomas o lo dejas.

Veamos la secuencia: alquilo un local comercial, un galpón para una fábrica en el 2007, en el 2008 me aumenta el alquiler un 25% que ya estaba predeterminado de antes, igual ocurre en el 2009, tengo que aumentar los precios. Y así comienza la cadena. Y sólo hablamos de los alquileres.

Esto es lo que genera el Phi esperado (la inflación esperada)

Y entonces podemos entender mejor que es lo que se dice en realidad en el último párrafo de la presentación “seria” de Buenos Aires City:

“En síntesis, el IPC City pretende constituirse en un valioso aporte a la sociedad, no sólo colaborando con el gobierno para que mejore sus diagnósticos macroeconómicos (sic), sino también contribuyendo para que el conjunto de agentes económicos mejore el proceso de formación de expectativas sobre sus planes futuros.

Traducido en versión Facebook de Buenos Aires City:

“Me voy a encargar de que el Phi esperado sea alto, muy alto, recontra alto…”

Desestabilizar a través de generación de inflación, una vieja costumbre de los poderes económicos de este país.

Como bonus-track de esta parte del relato apreciemos como, en el Ejemplo 5 de la página 11 - justo antes del párrafo que cierra la presentación-, habla el inconsciente de Buenos Aires City sobre su verdadera intención en la creación de expectativas:

“¿Cuál será el escenario que deberá afrontar la politica macroeconómica en 2009/2010: sólo una recesión con baja inflación, una recesión deflacionaria, o un escenario de estanflación?”

Muy diáfano: ninguna de las tres alternativas contemplaba la posiblidad de crecimiento -con o sin inflación- para el perído 2009-2010, las alternativas van de la recesión con deflación al escenario más temido: la estanflación (recesión con alta inflación).

Terrorismo económico: un concepto adecuado para denominar las “buenas prácticas” de Buenos Aires City.

Hasta el momento hemos tratado sobre los actores emergentes de la intervención del INDEC; Buenos Aires City, los “privados”.

Pasemos ahora a intentar desentrañar la trama oculta de esta historia, la que desemboca en la intervención del INDEC y en sus consecuencias.

Para ello nos sirve como introducción otro aspecto que relata Ricardo Natalucci sobre la Metodología 13, aplicada por el Indec hasta el momento de su intervención.

2)…” alterar el IPC”…“para hacer negocios turbios asociándose con las consultoras y con intereses especulativos de manera de que el pueblo argentino tuviera que pagar mayores intereses por la deuda externa”…

En general, cuando se trata el tema de la intervención del Indec, se sobrevuela el ahorro que pudiera haberse obtenido en la baja de los intereses que se pagan en los bonos de deuda que se ajustan por el CER. Se deja traslucir que este ahorro sería mínimo frente a los perjuicios producidos en la imagen del Indec y del Gobierno con la intervención y sus “maneras”. Y esta actitud es general: muchos periodistas más afines al Gobierno en otros temas comparten esta visión. Consideramos que en este contexto resulta imprescindible dar a conocer las cifras implicadas; la dimensión de las mismas explican la intervención del Indec, y aún mucho más la furibunda reacción de los poderes económicos a través de sus portavoces mediáticos. Porque recordemos que los intereses que dejaron de pagarse, dejaron de percibirlo dichos poderes económicos, los tenedores de bonos de deuda ajustados por el CER.

Hagámonos una idea de qué cantidades estamos hablando, a ver si realmente esto es así, si el ahorro era mínimo frente a la ¨pérdida de credibilidad”:

Para ello recurramos a los propios portavoces de los poderes económicos. Veamos esta nota de La Nación de marzo del 2007, donde se nos informa que:

“El stock de la deuda pública emitida en pesos pero con ajuste de capital por el coeficiente CER creado tras la última crisis (un índice que replica al IPC) alcanza los US$ 54.349 millones y representa el 41,9% del total de US$ 129.604 millones contabilizados en el pasivo del sector público nacional, según los datos al 30 de septiembre de 2006 (los últimos oficiales disponibles)”

Y que por tanto:

(Por la intervención del Indec)… “El Gobierno podría llegar a ahorrarse este año (2007) hasta 3.724,5 millones de dólares”.

Para que nos hagamos una idea de lo que significa esa cifra, comparémosla con otras conocidas. Por ejemplo:

Exportaciones de carne argentina del 2009: 2.335 millones de dólares


¡Los intereses que se presumía que se ahorrarían en el 2007 son un 70% más que toda la carne exportada en un año, un 75% más que la AUH en un año!

La verdad es que resulta extraordinario que el Gobierno –el Estado, sus ciudadanos-ahorraran 3.700 millones de dólares al año.

Y no resulta sorprendente la virulencia de los grupos económicos a través de sus portavoces a la hora de descalificar lo actuado.

Sigamos leyendo, podremos conocer más sobre los mecanismos utilizados:

“A esta conclusión arribó un ejercicio de la consultora Economía y Regiones al que tuvo acceso LA NACION y que parte de suponer una variación del IPC oficial del 10% para el año en curso y contraponerlo con un alza proyectada del 15% en igual lapso del "IPC libre", un indicador compuesto por los bienes y servicios cuyos precios responden a las leyes de oferta y demanda de mercado y representa el 41% de la canasta medida por el IPC y al que adopta como medida de la "inflación real".”

Repasemos el texto: alza proyectada del 15%. …(y que) el ejercicio de la consultora… adopta como medida de la “inflación real”

La “inflación real”. Como dice la nota, “el alza proyectada”.

¿Y qué es el “alza proyectada” sino el Phi esperado del que habla Nicolás Salvatore? ¿No será lo que estaba ya predeterminado, aplicando la Metodología Nº13, y que la intervención del INDEC frustró?

Lo proyectado, la medida de sus deseos: 15%. Y resulta que “Por la intervención del Indec” el alza fue del 10%. Ese 5% que va del 10% al 15%, y que son más menos 3.700 millones de dólares que se hubieran pagado de más de intereses, recursos que hubieran pasado del Estado a los tenedores de bonos, AFJP y fondos de inversión, muchos de ellos nacionales. Al año.

Pero tengamos en cuenta que eso se escribió en marzo del 2007; en una nota actual de El Cronista, se dice que “por la manipulación del índice” el ahorro hasta fin del 2009 se cifra en $ 85.995 millones, equivalentes al 8,9% del PBI. (aproximadamente 22.000 millones de dólares), entre las deudas del Estado Nacional y las provinciales.

Y se afirma: “si se hubiese empleado un coeficiente que refleje el real ajuste de precios desde 2007, la deuda equivaldría a”… Y se dice “real ajuste de precios” así nomás, sin dar ningún fundamento, ningún índice alternativo, ninguna fuente. Así nomás.

El real ajuste de precios, la inflación real, el alza proyectada, el Phi esperado. Hipnopedia: “Método de manipulación a base de la repetición de determinadas opiniones a modo de frases cortas" (Aldous Huxley. Un Mundo feliz). De eso se trata. Se ha inoculado en la opinión pública y hasta en los comunicadores más insospechados la idea de que la intervención del Indec es un asunto rayano en lo moral, y no se profundiza en el hecho de que de lo que se trataba –probablemente la justicia alguna vez lo determinará- era de que “una banda de forajidos”, en palabras de Aníbal Fernández, “esa corporación que manejaba al INDEC”, en palabras de Natalucci, favorecían la consumación de un nuevo saqueo. Y que en el momento que esto fue descubierto, comenzó la repetición –hipnopedia- de que el Indec manipula los índices, el Indec miente, el Indek. Y Moreno.

Moreno: el tipo pone la pistola sobre la mesa, da puñetazos sobre los escritorios, obliga a las empresas a anular aumentos de precios. Entró en el Indec y obligó a cambiar los índices.

Sin embargo, con todo lo que se ha dicho, jamás se atrevieron a decir que fuera corrupto. Con lo que dijeron y dicen de todo el mundo.

Pienso que si Moreno las falsifica, y es un asalariado, o sea, su bolsillo no se ve afectado porque no es corrupto, lo hace para que el pueblo argentino pague de su bolsillo menos deuda.

Un héroe entonces.

Pero un héroe lento: lo hace en el 2007, dos años después del canje de deuda, o sea, unos miles de millones tarde. Qué raro. No se le habia ocurrido antes, ni a él, ni a sus diabólicos jefes.

Pero esa versión no me la creo.

Ahora voy a hablar de lo que creo.

Creo realmente que la Metodología Nª 13 fue utilizada para pagar los mayores intereses posibles, que se trataba de una herramienta para consumar un nuevo saqueo a través de la brecha que ofrecían los bonos de deuda ajustados por el CER. Gran parte de esos bonos estaban en manos de tenedores nacionales.

Creo que la manipulación y tergiversación de datos son anteriores a la intervención y forman parte de los mismos métodos de “ingeniería financiera” que utilizaron las agencias y fondos de inversión globales para llevar a cabo sus saqueos globales. Los casos de Madoff, Goldman Sachs, Lehman Brothers, y quienes a través de la tergiversación de datos los favorecieron como las agencias de calificación homologadas como Moody’s y Standard & Poors son los ejemplos globales de lo que hacía la “corporación” que manejó el Indec hasta el 2006.

Creo que cuando esto se descubrió se intervino, y que esto tuvo enormes consecuencias positivas para los argentinos en general, al punto de que resulta bastante verosímil pensar que NO HABRÍA AUH (Asignación Universal por Hijo) DE NO HABERSE INTERVENIDO EL INDEC.

Creo que no había muchas otras maneras mejores de hacerlo, no existe –ni aquí ni en ninguna parte- un gran stock de técnicos especializados en estadísticas públicas como para reemplazar inmediatamente a esa “corporación” que manejaba al Indec desde hacía años como un coto privado. Creo que había un incendio –ese que sigue prometiendo Nicolas Salvatore desde su Facebook- y se apagó como se pudo. Medidas de emergencia frente a una situación de la que se desconocía casi todo, en gran parte por la vocación oscurantista de quienes manejaron el Indec durante años.

Creo que la intervención del Indec marcó el comienzo de la guerra que los grandes grupos económicos y sus portavoces mediáticos llevan a cabo contra el Gobierno; tomaron conciencia de que esto iba en serio y de que no iba a seguir permitiéndose el saqueo previsto con el “alza proyectada”.

Creo que el conflicto por la 125 fue fogoneado por los medios por este mismo motivo, al punto de que durante la primera conferencia de prensa que diera CFK de su mandato, en pleno lockout, una de las dos preguntas que formuló Atilio Bleta, periodista de Clarín, fue qué pensaba hacer el Gobierno respecto de las “desprolijidades” del Indec, formulación impertinente a la cual la presidenta naturalmente no contestó. Pero dejó traslucir qué era lo que realmente le interesaba al monopolio.

Creo que hasta ahora nadie ha demostrado que el Indec mienta. Lo que se sabe es que se cambió la metodología de elaboración de índices, y esto puede ser opinable, pero no condenado, puesto que la metodología que se abandonó se aplicaba desde agosto del 2001. Por tanto no sólo podía sino que debía ser cambiada, a la luz de los profundos cambios que sufrió esta sociedad y el mundo en general en estos casi 10 años.

Creo que la instalación por parte de los medios de Buenos Aires City y “los privados” como los portavoces de la “inflación real” tuvo y tiene un triple objetivo: En primer lugar, a través de sus proyecciones de inflación para el año –el Phi esperado- dar “legitimidad” al aumento ilimitado de la rentabilidad empresarial; en segundo desestabilizar a este Gobierno con una alta inflación, (ahora el Phi esperado es de un 35, 40% anual: “el fuego purificador que expulsará a los bárbaros” citando a Buenos Aires City versión Facebook); y en tercero tratar de homologar a Buenos Aires City y otras “privadas” como agencias de calificación al estilo de las arriba mencionadas Moody’s y Standard & Poors.

Creo que la justicia debe intervenir no sólo en la investigación de cómo elabora sus índices el Indec –sin haber encontrado hasta ahora nada que indique su manipulación- sino también cómo los diseñan las consultoras privadas, puesto que estos tienen tanta o más visibilidad e impacto en la opinión pública en la generación de expectativas que los del INDEC, gracias a la chapa de “fiabilidad” que le otorgan los medios mayoritarios. Y que esto tiene enormes consecuencias sobre la vida de todos los argentinos, como lo demostramos con el ejemplo de las cláusulas de actualización de los alquileres.

Y creo que estamos a las puertas de uno de los escenarios más peligrosos, que es la posibilidad de que el Indec pase a depender de (este) Congreso, o aun peor: que sea autónomo. Que el Indec sea autónomo sería casi tan grave como si lo fuera la policía. Se puede y debe exigir que sea lo más objetivo posible; pero que fuera “autónomo” lo dejaría inerme antes las presiones de los poderes económicos, pasando directamente a ser un apéndice de los mismos, como lo es el Banco Central Europeo (gran culpable de la crisis actual y de que ésta se vuelque en los ciudadanos europeos), como lo fue el Banco Central de la Argentina hasta la llegada de Mercedes Marcó del Pont. Debe impedirse a toda costa, apelando incluso a la opinión pública, dando a conocer de una manera rigurosa y pormenorizada los hechos aquí descritos.

Creo que ahora es el momento de dar a este tema la importancia crítica que merece. Considero que la intervención del INDEC no es una “mancha” en la actuación positiva del Gobierno en otros terrenos, sino que por el contrario, es un escalón más en la lucha que en todos los frentes llevan a cabo los grupos monopólicos para mantener y aumentar sus privilegios a costa de todo el pueblo argentino.

Quiero hacer mención a las personas que a lo largo de estos años han venido denunciando estos hechos sin ningún eco mediático, como Ricardo Natalucci, como Derek, y muchos otros que pueden encontrar en la red. Ahora, gracias al trabajo que hacen programas como 6 7 8, que han puesto en evidencia a los hasta ahora invisibles intereses que motorizan estas operaciones mediáticas, y a la Ley de Medios que supimos conseguir, su búsqueda recobra todo su sentido; ahora podemos soñar con enfrentarlas en mayor igualdad de condiciones.

Que así sea.