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martes, 30 de noviembre de 2010

Sí Soledad Gallego Díaz, estamos todos locos. Y ahora andáte y no vuelvas.

Esto de Wikileaks empieza a oler a operación pactada, mucho más que a otra cosa. Me parece que Julian Assange les encontró la vuelta, y ellos se la encontraron a Julian Assange, porque si el objetivo es la transparencia, la transparencia es para todos. Sino, es cambiar la información confidencial de lugar. Casi un chantaje.

Ahora bien, resulta llamativo que El País ponga como uno de los asuntos principales lo de la salud mental de Cristina, tergiversando además lo que dicen los despachos, que en realidad, piden información sobre una persona que desconocen y con la cual tienen que confrontar. Y es normal que desconozcan; ellos mismos, a través de sus películas (las críticas) y de los innumerables relatos de los desastres de la CIA, hacen de su ineptitud un mito.

Y en realidad no resulta llamativo lo de El País; esto no es más que continuación del vómito de Carlin, ni de las horribles notas de la propia Soledad Gallego Díaz durante el Bicentenario, ni de los sucesivos corresponsales de El País desde tiempos inmemoriales, sobre todo desde la "pérdida de la seguridad jurídica" para las empresas saqueadoras españolas. El País ha pasado a ser una mueca de lo que fue durante la transición española y en los primeros años de la democracia. Su transformación en multimedios fue un acto fáustico que puedo resumir en una anécdota vivida personalmente. En el 89, luego de grandes presiones al gobierno de Felipe González, ejercida a través de una serie de titulares adversos (¿les suena?), consiguen que una de las tres señales para tv privada que se adjudicarían (hasta el momento, sólo había dos canales de tv pública) se otorgara al grupo Prisa, Canal Plus, para emitir en codificado mediante pago. Yo trabajaba (Dios me perdone) en investigación de mercados en ese entonces, y me tocó hacer la investigación de la programación antes del lanzamiento. Resulta ser que desde su salida, el diario El País no publicaba noticias de boxeo por su "brutalidad" (eso sí, no se privaban de publicar todo sobre toros) (y eso que los toros eran negros). Y hete aquí, que a la hora de evaluar programación entre potenciales usuarios...¡estaban las peleas de Tyson!!! (el Gandhi de los boxeadores)(y por supuesto, las pasaron todas). Esto, que parece una nimiedad, exhibe en toda su crudeza la hipocresía extrema de esa gente tan "progre", su catadura moral.

Y así comenzaron a hacer plata de verdad. Y se transformaron en el club del vargasllosismo por excelencia (con lo del Nobel están por las nubes), se autopremian constantemente con la Fundación Ortega y Gasset (no privándose de llevar a ¡Juan Carlos Romero! para que hable allí en el 2002 para "recuperar la confianza de los inversores españoles"!!!).

Y para nosotros, el premio de sus corresponsales: Jorge Marirrodriga, Alejandro Rebossio, Pedro Cifuentes, Soledad Gallego Díaz, quien es, además, aparentemente, la estrella en esto de los Wikileaks. Para que vean la profundidad de esta señora, les recomiendo que pinchen aquí y vean las cosas taaan importantes de las que habla en su especie de blog o como sea ese engendro llamado eskup de El País. Y para que vean el nivel de El País, esta señora fue su ombudsman durante unos años (una truchada que pretendía ser una defensoría del lector).

Bien, despachado El País, podemos volver a pensar en qué medida esto no es una operación pactada, un "díganlo ustedes (los 5 grandes medios que tienen la exclusiva) que nosotros no podemos decirlo". Porque, que se vea, lo que se publica no son más que "confirmaciones" para el "sentido común" de los "massmediados". "No quieren poner en riesgo vidas personales", cubriendo operaciones que mataron y matan a miles, tal vez millones de personas. Me da entonces por pensar, siendo taaan importantes como somos en las "revelaciones", que la Ley de Medios de acá no es sólo fuerte para acá; me parece que el ladran Sancho es muy fuerte, que nos temen, porque estamos tan locos como nuestra presi y como lo estaba Néstor, que temen que si esto (la Ley de Medios y todo lo demás) sale bien se les acabe la impunidad a ellos en sus respectivos países y haya políticos que empiecen a pensar feo como decía el doctor Cureta, y se le dé por hacer una Ley de Medios K (jajaja) por allá también. Y esto es así porque El País ayer publicaba en portada, en el colmo de la fanfarronería, que el Barsa- Madrid había sido el el partido en el que la tv de pago había tenido la mayor audiencia de su historia.

Bueno, el título: Soledad Gallego Díaz, andáte. te merecés un escrache de aquellos, seguramente andarás por La Biela leyendo Clarín y La Nación para hacer los refritos que se publican en tu pasquín y después se reproducen acá. Sos una mediocre y mala gente; y espero que las cosas se te tuerzan y tu sonrisa de Carrió se transforme en una mueca. Volverás a España, y con suerte, en 5 años, si los españoles sobreviven a Rajoy, te encontrarás con unos Néstor y Cristina que hagan que vos vegetes en el infierno de los Morales Solá, de los Pagni, de los Grondona. Porque locos, como Cristina y como nosotros, hay en todas partes. Tomátelas...

RH

miércoles, 26 de mayo de 2010

Soledad Gallego-Díaz, corresponsal de El País


Luego del corto interinato del ignoto Pedro Cifuentes, de quien nos hemos ocupado aquí, ha vuelto a la carga el inefable tándem Gallego-Díaz/Rebossio.

La perla del día en El País es:

La división política no logra arruinar los fastos del bicentenario argentino

Cristina Fernández boicotea la reinauguración del Teatro Colón


A ver, Gallego Díaz, le pongo la acepción del RAE:

boicotear.
(De boicot).

1. tr. Excluir a una persona o a una entidad de alguna relación social o comercial para perjudicarla y obligarla a ceder en lo que de ella se exige.

2. tr. Impedir o entorpecer la realización de un acto o de un proceso como medio de presión para conseguir algo. U. t. c. prnl.

No pega por ningún lado. Usted sabía que la ausencia de Cristina de la reinauguración del Colón se debió a los agravios recibidos por parte de Macri durante toda la semana previa al acto, desde acusarla de estar detrás de su procesamiento, hasta declarar públicamente su disgusto por la presencia de Kirchner acompañándola.

Con una carta de extremada educación y firmeza, la presidenta comunicó que, ante las declaraciones vertidas, no iba a concurrir.

En ningún caso, ni en la carta ni en ninguna declaración o acto posterior hubo NADA que se asemejara ni de lejos a un boicot.

Por cierto Gallego Díaz, la mayoría de los invitados a la reinaguración conforman LO PEOR de la prensa rosa, del famoseo, de los mediáticos argentinos (parecía Gran Hermano en versión lírica), cosa que para usted no mereció ningún comentario. Esas son las preferencias de Macri; ni Cristina ni nadie del Gobierno hicieron ningún comentario al respecto, era asunto de Macri. La lista de concurrentes habla por sí misma.

Me impresiona escribir esto, pero la verdad es que ni Clarín había llegado tan lejos, por lo menos en lo que hace a este asunto.

Clarín está enfrascado en la lucha por su supervivencia, con los ADN, Papel prensa, etc, tiene motivos para tratar de embarrar la cancha todo lo posible, pero ¿El País, el grupo Prisa en general?

¿Qué le pasa?
¿Qué es lo que hace que los corresponsales que envía sean todos impresentables, manipuladores, casi gorilas de importación? Reemplazaron a Jorge Marirrodriga, que era siniestro, por el tándem Gallego Díaz-Rebossio, que no desmerecen la memoria del susodicho.

A ver Víctor Hugo, Usted que trabaja dentro del grupo...¿qué nos puede decir al respecto?

El País tenía una figura -no sé si aún existe-, el Ombudsman, el defensor del lector. Si ese puesto aún existe, don Ombuds, tome cartas en el asunto, y haga que el grupo Prisa mueva el banco lo antes posible; los lectores españoles y argentinos de El País no se merecen tal grado de desinformación.