Ayer, muchas aspirinas, incluso algunos whiskies.
Pensaba "¿qué pasará cuando se den cuenta que se están manifestando por nada, gritando por nada, que son sólo un instrumento, una excusa de quienes los parasitan y los enferman?".
Era una pregunta sin respuesta, pensentida desde la desesperanza y la jaqueca, aspiriinas y alcohol.
Pero esta mañana, a mi ventana no se asomó ese ulular de bocinas tan agresivo, tan violento de cada mañana y más si es viernes. Tal vez un dato erróneo, pero tal vez no.
Y entonces tal vez el que "la gente" salga a gritar por la libertad en algún lugar les chirrie con el hecho de que están gritando, libremente.
Y entonces, tal vez, que la "gente" corte las calles porque la República está amenazada por piqueteros de la cámpora cuya máxima violencia había sido esa, cortar calles, y que ellos protesten por esa grave amenaza cortando calles, en algún lugar, les chirríe.
Y entonces, tal vez, el que vayan a gritar a la Plaza de Mayo, el lugar de todos los males, donde van los acomodados, los violentos, los otros, ejerzan su violencia gritando, cantando, también les chirrie otro poco.
Y entonces, tal vez, que mientras se están manifestando, gritando, cortando las calles, siendo protagonistas, TN les ponga a Cobos, en algún lugar les chirriará, es imposible que no te chirríe si sos de los manipulados y no de los manipuladores.
Y entonces, tal vez, hoy debemos (tal vez) estar felices.
Porque antes esa ira creada por los de siempre se transformaba en bombardeos, en golpes de estado, en desapariciones de noches de lápices de Oesterhelds de Walshes. Ayer fueron unas pocas bocinas y cacerolas, pocas porque unos pocos miles son pocas, pero son suficientes para que ellos ejercieran una ira ruidosa e "importante".
(Como debería ser la ira futbolera también, pero que por las mafias apropiadoras del país mutó en una ira seria de banderas que se transformaron en banderas de guerra al servicio de los de siempre, una ira que dice "nunca hicimos amigos" o algo así, para que todos sigamos peleados).
Que griten mucho, muchas cacerolas. Es imposible sostener durante mucho tiempo que no sos libre mientras gritás en la calle y la cortás sin que nadie te lo impida.
Es imposible sostener durante mucho tiempo que no podés viajar al extranjero cuando viajes.
Es imposible sostener durante mucho tiempo que no podés ahorrar cuando empieces a comprar propiedades en cuotas fijas en pesos.
Porque si hubiera algo de verdad en lo que se quejan... Pero no lo hay. No les pasa nada.
Todo es una alucinación, producto, sencillamente, de los estertores de agonía de un monstruo que se hinchó de la sangre de los argentinos durante décadas.
Dejemos que esos gritos, esas cacerolas se vayan, lentamente, transformando en el cortejo fúnebre de ese monstruo apropiador, evasor, estafador, mentiroso.
Compartamos la Plaza con ellos, porque contra lo que ellos suponen, en la Plaza está la civilización de verdad. Desde los griegos mismamente mire lo que le digo señora.
Y ahí, ellos, los que en nombre de la civilización ejercieron tanta violencia, tantos miles de muertos desde Dorrego pasando por la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde y la Libertadora quizás, a los gritos donde gritamos nosotros, terminen cantando, como cantamos nosotros. No es necesario que canten con nosotros, ni nosotros con ellos.
Pero así, gritándonos, cantándonos, por fin podamos hablar también.
Mientras vemos el féretro alejándose en el horizonte.
RH