viernes, 28 de octubre de 2011

A ponerse acá

Antes del enorme pronunciamiento del domingo 23, los de siempre (alguna vez habría que hacer la lista con sus nombres y el de sus empresas y/o emprendimientos) comenzaron a fogonear una “corrida” hacia el dólar. Típico, usual. Le agregaban una contínuada “fuga de capitales”. Auguraban una devaluación (“porque devalúa Brasil”, dijeron en el pináculo del cinismo). Olor a negocio, amén de campaña sucia. Olor a billete.

Bien, hay novedades (seguramente las saben pero vamos con alguna precisión). Saco esto y algunos datos de Tiempo Argentino de hoy (27-10-2001, págs 8 y 9):

“A través del Decreto 1722, el gobierno nacional restableció a partir de ayer mismo la obligatoriedad del ingreso y negociación en el mercado de cambios de todas las divisas provenientes de operaciones de exportación de petróleos crudos, sus derivados, gas y de empresas mineras. Fuentes oficiales estimaron que esta medida ‘va a proveer un mayor ingreso de divisas en el cortísimo plazo, esperamos por lo menos U$S 3.000 millones al año, e inclusive un poco más’. De acuerdo a un trabajo de la consultora Abeceb.com en los últimos meses la Argentina ha sufrido una sangría de divisas que osciló en un promedio mensual de U$S 2.050 millones pero paralelamente hay un ingreso promedio de U$S 2.252 millones sólo en concepto de liquidación de exportaciones de granos y productos derivados. La determinación de ayer apunta a fortalecer el ingreso de divisas y descomprimir la presión sobre el tipo de cambio.”

Y un poco más adelante, como para tener una idea, sigue el diario: “Hasta el lunes las empresas que trabajan en la actividad minera contaban con un régimen diferencial que les permitía enviar al exterior los dólares que obtenían como resultado de las exportaciones de recursos que extraen del subsuelo argentino sin necesidad de liquidar las divisas en el país.”

“Por su parte, las petroleras tienen un régimen hiperflexible que sólo las obliga a liquidar en el mercado cambiario el 30% de sus ventas al exterior.”

La obligatoriedad de liquidar divisas de los provenientes de estas actividades se había dispuesto por decreto 2581 (abril de 1964), cuando el Ejecutivo era presidido por Arturo Illia. En esa oportunidad, la medida incluía la obligación de liquidar divisas de todas las exportaciones. Como sabemos, ese gobierno no pudo mantenerse ante el embate de las corporaciones patronales y la principal corporación que era, en ese entonces y hasta no hace tanto, el “partido militar”.  

Pero fue el binomio imbatible, Menem-Cavallo, quienes en marzo de 1991 permitieron a las empresas exportadoras manejarse como se les cantara, es decir, liquidando divisas fuera del país sin control alguno. Coherencia a full.

Alguno dirá “al fin se acordaron”, o “lo hacen por la coyuntura de la corrida al dólar”. Otros pensamos que se trata de la profundización del modelo, algo a lo que la Presidenta (muy reelecta) viene diciendo continuamente.

Estas son las reglas del juego muchachos.

Edelmiro F.


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