miércoles, 21 de julio de 2010

HASTA LAS MANOS

ESTE HOMBRE MIENTE

Queda poco por argumentar pero igual se hará. Poco por negar, pero se negará. Mientras los votos y las encuestas den, se seguirá. El Jefe de Gobierno está procesado por la sospecha de ser el jefe de una agencia de escuchas ilegales. En un juicio oral se debatirá y definirá. Mientras -y no tienen nada que ver- la gestión es mala, hay un rosario de cuestiones para afirmarlo. Para muchos el haber dado cumplimiento a la promesa de contar con policía propia es importante, más allá de lo que ocurra con esa fuerza, de quién la dirija y hacia dónde. Para muchos, limpiar el espacio público de los "otros", de potenciales amenazas, es importante. También es relevante la sospecha, autocomprobada en cada aparición mediatica, de que el Gobierno Nacional -y más particularmente Néstor Kirchner- está tras el Jefe Porteño, que van por él ya que sería el único opositor capáz de arruinar la fiesta K el año que viene.

De todas maneras, vamos viendo que -oportunismos aparte de antiguos aliados- no se va a hacer el circo destituyente que terminó con Ibarra (y que nada tenía que ver con el desastre de Cromagnon). Hoy los payasos de ese circo, equilibristas y magos son el Gobierno de la Ciudad, supieron unir audacia a la aventura y llegaron a los votos de esa mayoría flotante que hoy está a la derecha y mañana a la izquierda como un borracho de madrugada. Errores del "progresismo", inoperancia, si. Pero nada de eso desmiente que el procesamiento tiene algún viso de seriedad, que no es cuestión de un Juez comprado, a menos que sea cuestión de un poder judicial comprado.


Malas compañías para armar a los hombres de negro. La Ciudad no es una bombonera más grande, es el trofeo de las empresas que han vivido del Estado y ahora vienen a comérselo (una remake de los noventa casi). Así y todo, uno no puede dejar un borrador en espera (como este hasta ahora) porque el Jefe da sorpresas: ahora quiere propiciar su propio juicio político vía Legislatura. Claro, 24 votos propios respaldan que no sea destituído (se necesitan 40 de los 60 granaderos). Es tan burdo... se trata de estirar todo y llegar al año electoral vestido de víctima. 

Mientras, estimados porteños, la Ciudad sigue gobernada por esta gente. Y en la manga se asoma Gaby con su cara de madre Teresa, la candidata (haberla pateado al Congreso Nacional parece haber sido una buena idea después de todo, la deja al margen del escándalo). 

Lo dicho: mientras las encuestas den, no hay problemas. El espacio de lo público es un problema de los que lo usan con desesperación, de los que viven debajo de las autopistas, de los que venden a los turistas lo que pueden, de los pibes que no tienen lugares de juego en los hoteles. Poca cosa, cosa de "otros". 

Alguna vez, la Porteña fue una ciudad de industria. Gráficas, laboratorios, editoriales, alguna fábrica (esas cosas horribles que contaminan). Alguna vez la población fue más obrera, aunque también intelectural. Alguna vez había algo relacionado remotamente con la planificación. Voló de los programas políticos, voló del imaginario. Turismo, oficinas, bancos, servicios... No está mal, pero es insuficiente. Una ciudad es trabajo diversificado, oferta industrial, otro tipo de atractivo. ¿Es un delirio pensar una ciudad? Que lindo sería tener un proyecto y buscarle el candidato, en lugar de no tener ninguna de las dos cosas (es un mea culpa). Si esto es así, entonces valen las especulaciones para durar y hacer que esté "bueno buenos aires". 

El problema no lo tiene el Jefe de Gobierno (digo el gran problema que es el de este párrafo), ese problema es nuestro. 

Edelmiro F.

4 comentarios:

  1. Ahí ha dado en el clavo compañero. Un proyecto, un programa. UN SUEÑO. Dejémonos de pajas con este pajero, y empecemos a proyectar la ciudad que queremos. Y ofrezcámosle al habitante de esta ciudad eso, un sueño, una construcción. El verso de la gestión es el verso 90'tista, y de hecho, al tipo éste casi le vino bien esta historia, porque le tapa su inopernacia. SOÑEMOS, CONSTRUYAMOS

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  2. Pero hacen falta más Filmus, más Heller y menos Kravetz (que a veces parece un Pro más)

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  3. Me parece muy bien lo señalado en el primer párrafo. Durán Barba, en algún sentido, tiene razón: a los votantes de Macri les importa un carajo las escuchas. Lo que les debería importar es que, en el rubro gestión, Macri debe muchísimo más que Ibarra, Telerman y hasta el mismo De la Rúa.

    Saludos.

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