Una amiga que reside en Barcelona tiene entre sus contactos a un corresponsal -o algo así- de La Nación. Vaya saber por qué el tipo está obsesionado con ella, comenta sus publicaciones "documentadamente", o sea, siempre ejemplifica con datos y fechas que vendrían a demostrar que todo es una mierda. Su registro es amplio: va desde difamar a Rep o Daniel Paz y Rudy en favor de Nik, o a Bettini, el embajador argentino en España, al Gobierno en general; pero siempre es lo mismo: la técnica siempre es demostrar que el Gobierno es una mezcla de impostura e ineptitud, y que el mundo es como es y blabla. Lleva las discusiones a extremos irritantes, y siempre termina escudándose en "la libertad", y, con los que confronta, usa la venenosísima técnica de protegerse en su amistad con su bondadosa anfitriona, lo que impide a ésta hacer algo más que reprenderlo, como es ella, bondadosamente.
Conozco varios casos así; otro gran amigo, éste residente en Saavedra, también tiene tipos obsesionados con sus publicaciones, y que hacen lo mismo que el individuo descrito arriba: difamación, cinismo, escudarse en la paciencia del dueño del blog.
Hay veces que me engancho con estos tipos en esas publicaciones; tengo la suerte que no visitan los lugares en los que publico, o quizás, se note a la legua que no soy tan bueno como mis amigos. Vaya uno a saber. Pero me alegra en cualquier caso.
Por qué.
No es que a mi no me guste discutir; las personas que más o menos me conocen saben que SÍ me gusta. Lo que siento es que esos individuos que menciono, los que se obsesionan con buenas personas que profesan ideas contrarias a las suyas y que se dedican a ocuparles su tiempo y sus conversaciones y a ensuciarles sus publicaciones y desviarlas del objetivo original de lo publicado, son como enfermedades, parásitos que te roban energía con toda la conciencia, abusando de tu bondad con la excusa de -cómo te diría- reformarte, hacerte entender que nada de lo que defendés vale la pena, es todo mentira, es todo igual y mejor que cambies ahora porque mañana será tarde, mejor que te salves ahora de esos K que no son como vos que sos bueno.
Yo pienso que destinar tiempo a esas personas es como si nuestro organismo se pusiera a conversar con un virus, y el virus le relatara al organismo en qué consisten sus debilidades, le dijera que "no hay remedio", que es todo igual, que cualquier intento de curarse es vano y que mejor entregar una parte de la salud, que es lo normal estar siempre "un poco enfermo". Y que el organismo escuche, no quiera enfermarse, pero que sin embargo no saque su batería de anticuerpos debido a la amabilidad del virus, al fin y al cabo también es un ser vivo, etc.
A mi me parece que no se puede perder más ni un minuto con esos individuos, con esas enfermedades de la sociedad. Está muy claro que su fin es enfermarnos, enfermar del todo a una sociedad que ya lo está parcialmente. Que usan y abusan de la paciencia, de la bondad de muchos de nosotros para seguir intoxicando, reproduciéndose como virus que son, malogrando algunos discursos que ya leo por ahí de si se es K crítico o no, si es es cristinista o se está cristinista... Son pequeños triunfos que consiguen, pequeñas grietas -todo lo que dicen puede y debe ser usado en su contra- que logran abrir en base a su discurso mediocre y perpetuamente circunstancial.
Yo invito a no dejarse infectar por estos virus, no dejar abierta ninguna puerta en este momento. Yo creo, siento que debemos apoyar toda medida que se tome estos días más que nunca; a la hora de tomarlas las personas que las deciden están TODO EL TIEMPO haciendo cálculo de consecuencias, a diferencia nuestra, que apenas vemos la punta del iceberg, si acaso lo vemos.
Tenemos que confiar, más que nunca.
Esta no es peor que la del 2008: por el contrario, si sabemos leerla, deberían ser los últimos estertores de un proyecto totalitario de 200 años.
Pero tenemos que confiar, y apoyar.
Más que nunca.
Y dejar de entregar nuestra energía a parásitos, a virus, que sólo quieren que esto termine mal, para poder seguir una y otra vez, viviendo de la desgracia nuestra, de todas las desgracias.
RH
Totalmente de acuerdo, don Huinca !!!
ResponderEliminarHay que dejar de gastar energías en los "qwert". los "Argentinos del medio". los "Marianotes", los "Acidez Acepedos" y toda la horda de perfiles FALSOS de Facebook que comentan en Tiempo Argentino y otros medios.
Yo siempre sospeché de gente que tiene INFINITO TIEMPO LIBRE para estar contestando, TODOS los DÍAS, TODOS los MESES del año, a CUALQUIER HORA ...
Siempre sospeché de gente que NUNCA DUERME y que NUNCA C ... (come, coge ni caga)
Siempre sospeché de esos "anónimos" que entran (un par de minutos después) apoyando comentarios descalificadores o que distraen el tema de conversación.
Siempre sospeché de esos datos que publican sin un sólo link, sin una fuente ubicable ... y cuando ofrecen esa vía, conducen INVARIABLEMENTE a "Urgente 24", "La Nazión", "Clorín", "Seprin" o fuentes indubitables como Sturzenegger, Guadagni, Montamat, Broda u otras luminarias del "buen-hacer" político-económico.
No hay que darles bola.
Es como entrar a la página de un club náutico y comentar TODOS LOS DIAS que el agua es un error de la Naturaleza.
Hay muchas cosas por corregir, es cierto.
Pero en mis 50 pirulos ... JAMÁS la pasé TAN BIEN como en estos 10 años.
A seguir en la brecha !!!
Abrazo desde la Patagonia norte.
...
Estoy de acuerdo en promover el cerrar filas y escuchar a aquellos en quienes confiamos. A veces la realidad impulsada por los psicópatas que se reúnen en Davos, el club de París, el club Biderberg, supera las ficciones mas ingeniosas, http://www.larepublica.co/globoeconomia/p%C3%A1nico-en-monedas-emergentes-obliga-bancos-centrales-tomar-medidas_104116
ResponderEliminarQuiénes apuestan contra algunas monedas? Es como cuando soros apostó contra la libra esterlina?
Gracias amigo.
ResponderEliminarpero en mi caso, más que multiplicarse se diversifica el tipo en personalidades múltiples y cuando falta, faltan todos juntos. Lo que es la casualidad. Ya le aconsejé que se compre una vida.