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jueves, 21 de abril de 2011

VIVIENDA PARA TODOS

¡Es el paso que tenemos que dar!

Nos visita Raquel Rolnik, relatora especial sobre vivienda del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La nota que publica P12 sobre su visita abarca todos los aspectos del problema, por lo que la transcribimos entera. Imprescindible.

Una lección para generar vivienda popular

Después de entrevistar a organizaciones sociales y visitar asentamientos, Raquel Rolnik cuestionó la falta de regulación del precio de la tierra, que la hace inaccesible a los sectores populares. Elogió, aunque con reservas, la inversión en viviendas.

 Por Pedro Lipcovich

“Los barrios cerrados, con densidad habitacional bajísima, se desarrollan en vez de los loteos que permitían a muchos trabajadores hacerse sus casas; por este y otros motivos, los sectores populares recurren a la ocupación de terrenos.” Quien formula esta observación es Raquel Rolnik, relatora especial sobre vivienda del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Al finalizar su visita a la Argentina –que incluyó “decenas de visitas a organizaciones sociales y cooperativas”–, presentó sus primeras conclusiones, que incluyen fuertes cuestionamientos: “No conozco otro país donde los jueces ordenen desalojos tan fácilmente, en el marco de medidas cautelares”. Denunció “el desalojo y quema de viviendas de los qom, en Formosa”, “el uso de la fuerza en el parque Indoamericano” o “la acción intimidatoria de grupos de seguridad privada en Ushuaia”. Y señaló a “los políticos que, con cuentagotas, dan uno u otro servicio a los asentamientos a cambio de votos”. Valoró que “desde 2003, el Estado argentino cumple en invertir en vivienda” pero criticó que “el programa se centra en empresas constructoras” más que en la acción de las comunidades involucradas. Según la funcionaria, “la Argentina puede resolver en 10 o 15 años la cuestión de la vivienda”, pero a condición de encarar “un plan nacional de suelo y hábitat”.

“La crisis habitacional de la Argentina, que se arrastra desde hace décadas, se agravó en los últimos años, porque la reactivación económica no va acompañada por mecanismos de regulación del precio del suelo: entonces, los mayores ingresos de las clases más favorecidas se trasladan a los precios de venta y alquiler de propiedades. Y las clases medias no tienen buenas posibilidades de crédito y, así expulsadas del mercado, pasan a competir por ubicaciones tradicionalmente populares”, explicó Rolnik, con amplia trayectoria en el tema en su país de origen, Brasil.

Sin embargo. “hay algo muy positivo –subrayó–: desde 2003, el Estado se comprometió con la cuestión de la vivienda: hubo una inversión fuerte, y según datos oficiales se lograron más de 500.000 soluciones habitacionales. Ahora bien, el programa federal se centra en empresas constructoras que entregan las viviendas llave en mano, y esto debería ser una alternativa entre otras. Hay programas de mejoras en barrios o para cooperativas, pero están menos priorizados, y deben competir por la tierra en un mercado que incluye viviendas de lujo.”

Es que “es imprescindible incluir acciones de regulación del suelo. Falta en la Argentina un plan nacional de suelo y hábitat urbano y rural. En el conurbano bonaerense, en lugar de los loteos, que, en cuotas, en las décadas de 1950 o 1960, permitían a muchos trabajadores hacerse su casa, proliferan barrios cerrados, para sectores de altos ingresos, con una densidad habitacional de sólo cuatro personas por hectárea. Así para los sectores populares, a falta de opción, las ocupaciones resultan la forma más común de hacerse de suelo y vivienda”.

–Algún intendente del conurbano planteó que, aunque recibe fondos del Estado nacional para viviendas, ya es casi imposible encontrar lugares libres donde edificar –observó Página/12.

–¿Cómo que “no hay lugar”? –contestó Raquel Rolnik–. No lo hay para los pobres. Gran Bretaña, España, Francia, Holanda, además de invertir en viviendas y subsidiar alquileres, tienen leyes de ordenamiento territorial: en Gran Bretaña, cada urbanización privada debe aportar el 30 por ciento de la superficie de tierra para viviendas de sectores de bajos ingresos; en Francia, aportan el 20 por ciento. En Manhattan, Nueva York, casi la mitad de los alquileres están protegidos: los reajustes no los dicta la especulación inmobiliaria sino una comisión local.

“Si se trata de lugar –continuó Rolnik–, el Estado puede ofrecer tierras fiscales, en vez de, al revés, desalojarlas cuando son ocupadas. Y siempre hay tierras e inmuebles desocupados. Las propiedades cuyos impuestos no se pagan pueden adquirirse para vivienda social. En las zonificaciones, así como se admite que haya lugares determinados para industrias, para oficinas, para edificios en altura, ¿por qué no para viviendas de interés social?”. Y agregó una observación impecable: “Si hay gente que usurpa casas, es porque esas casas están vacías”.

En este punto, la investigadora plantea una distinción que juzga esencial: “Se trata de producir hábitat, no sólo vivienda: es el derecho a la ciudad o, si se trata de campesinos o pueblos originarios, el derecho a medios de sobrevivencia. Esto requiere un pacto sobre vivienda urbana y rural, que reconozca a todos el derecho a un lugar”. Es necesaria “la articulación entre las autoridades nacionales, provinciales y municipales. De otro modo los proyectos dependen de negociaciones políticas: si hay acuerdo, se trabaja y si no, no”. Y advierte que “también hay que acordar a nivel nacional en los criterios de adjudicación. En la Argentina, a veces el criterio es quién es amigo y quién es enemigo. También hay sistemas por puntaje, pero son a veces discriminatorios como el de Ushuaia, que perjudica a los inmigrantes”.

En estos órdenes, “sería positivo que se apruebe el Proyecto de Ley de Hábitat Popular (que presentó el Ejecutivo bonaerense en la Legislatura), que plantea la intervención del Estado para regular el mercado: incluye estrategias de producción de hábitat popular y muchos instrumentos como la sanción a inmuebles vacantes o el impuesto a los barrios cerrados, que es de lo que más se habló”. Entretanto, “respecto de las ocupaciones, las autoridades argentinas mantienen una ambigüedad: ¿se puede o no ocupar? ¿La ocupación es transitoria o definitiva? ¿Van a quedarse o a relocalizarse? Esto se convierte en objeto de disputa de punteros políticos, y los habitantes quedan vulnerables a la discrecionalidad que puede depararles la consolidación o el desalojo. Esto se ve aun en el caso de la Villa 31, donde hay una ley de consolidación pero no se implementa por disputas entre organismos y niveles involucrados”, observó Rolnik.

Y la relatora especial finalizó con una pregunta: “En la Argentina, ¿seguiremos produciendo villas? ¿Nos limitaremos a consolidarlas? El desafío, además de consolidar de una vez por todas las ya existentes, es lograr una oferta de hábitat para antes de que se produzcan las ocupaciones. En países como Colombia, se ofreció a la gente suelo urbanizado con asistencia técnica: construyeron sus propias casas bajo condiciones planificadas, funcionó. En la Argentina se están perdiendo generaciones hacinadas en asentamientos sin cloacas, con aguas contaminadas. ¿Quiénes ganan con esto? Ganan los políticos que toman esas comunidades para obtener votos de poblaciones vulnerables: los servicios se otorgan por goteo, a cambio de una base electoral para uno u otro político. Y ganan aquellos sectores sociales que así no ceden nada mientras los pobres se arreglan como pueden, preferiblemente lejos de la vista del resto de la población”.

El país del desalojo fácil

“En la Argentina, como en ningún otro lugar, los jueces llegan fácilmente al desalojo en el marco de medidas cautelares. Incluso el Estado hace causas penales por usurpación de tierras fiscales, en lugar de urbanizarlas. Hay desalojos que contradicen los criterios internacionales, donde se recurrió a la fuerza sin derecho a defensa como en el parque Indoamericano y en la comunidad La Primavera, de los Qom, en la provincia de Formosa, echada de sus tierras ancestrales y sus viviendas quemadas, en un hecho muy preocupante. En Ushuaia actúan cooperativas privadas de seguridad, contratadas por el municipio, que amenazan a habitantes de asentamientos –denunció Raquel Rolnik, relatora de la ONU sobre Vivienda–. Como no se establecen políticas públicas, se judicializa el problema.”

“La relocalización es siempre traumática, aleja a las poblaciones de sus trabajos y escuelas, a veces empeora la situación original –agregó–. A veces, sí, hay que relocalizar, como en la cuenca Matanza-Riachuelo, donde ante todo hay que observar que la política se basa en una sentencia judicial y no, como debería serlo, en un plan de reurbanización. Pero ciertamente es un área contaminada, que produce enfermedades: sin embargo, a 600 metros hay galpones y tierras vacías, a donde sería más digno trasladar a los habitantes. En cambio, en la villa Rodrigo Bueno no hay problemas de contaminación, se puede consolidar: no quieren hacerlo porque temen que esos vecinos devalúen los cercanos edificios de lujo.”

“El hacinamiento es inadmisible”

“La Argentina está en condiciones de resolver su problema de vivienda en diez o quince años –estimó Raquel Rolnik, relatora especial sobre Vivienda y Derechos Humanos de la ONU–. Porque acá las familias en precariedad habitacional componen el 20 o 25 por ciento de los hogares, lo cual es mucho pero menos que en cualquier otro país de América latina excepto Chile. Además, la Argentina es de los pocos países de la región que tuvo, en los años de 1950 y 1960, un Estado de Bienestar, que incluía la construcción pública de viviendas. Duele el corazón que un país haya destruido su propio Estado de Bienestar pero así fue, especialmente en los ‘90, bajo el marco internacional que tendía a desmontar el Estado y que transformó la vivienda en mercancía, en activo financiero. Pero da esperanza el hecho de que, desde 2003, la Argentina tomó otra dirección, con el compromiso presupuestario del Estado, que es muy importante.”

“Además –continuó–, en la Argentina hay organización social en cooperativas y entidades de ayuda mutua, hay un tejido social en los sectores de bajos ingresos, existe el concepto de derechos sociales: en otros países la gente está desorganizada, bajo condiciones de mucha humillación.” Otro punto a favor es que “por la reactivación, hay dinero; no sé en qué bolsillos está, pero lo hay: a diferencia de otros países, se cuenta con recursos. Por todo esto es inadmisible que haya situaciones de precariedad y hacinamiento como las que he visto aquí”, concluyó la relatora de ONU.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Es la hora

Se acabó con la Corte Suprema menemista.

Se bajaron los cuadros de los criminales.

Se terminó con la impunidad.

Se rompió con Duhalde.

Se renegoció y redujo sustancialmente la deuda.

El Estado recuperó la jubilación para el pueblo argentino.

Se hizo la Ley de Medios.

Y mientras tanto no se paró nunca de trabajar, con los mimbres que había; no se puede hacer magia.

Y los resultados se han ido viendo.

Incluso la derrota en la 125, dos años después, quienes fueron su mano de obra, el pequeño productor, son conscientes que en realidad ellos son los que perdieron, lo saben ellos y lo sabe el Gobierno, y sin embargo el Gobierno no hace sangre con eso, silenciosamente fue dándoles poco a poco lo que ellos desdeñosamente rechazaron manipulados por sus demiurgos mediáticos.

Si se repasa la lista y se reflexiona, se ve que cada uno de esos hitos se fueron alcanzando en la medida que se tuvo la fuerza para afrontarlos y sostenerlos.

Ahora toca enfrentarse al poder territorial micro. La sintonía fina.

Uno tiene la obligación para sobrevivir de ponerse en el lugar de los enemigos (no son adversarios, nos declararon la guerra) y eso conduce a la certeza de que son capaces de todo, y cuanto más lejos está su ambición de recuperar el poder más virulentamente actuarán, echando mano a todos los medios que tengan a su alcance. Macri/Durán Barba, Duhalde, Magnetto no van a parar. Su poder "blando" ha desaparecido y apelan entonces a lo que queda, a crear el caos usando su mano de obra de siempre, barras bravas, los resabios de "maldita policía" en la Federal, Metropolitana. Pasó con lo de Ferreyra, pasa ahora. Incluso las muertes de los policías bonaerenses del 2007, o las del supuesto asalto al blindado forman probablemente parte de esas tentativas de afirmarse en lo que les queda, el sometimiento  a través del miedo, del terror, de la acción directa.

Ahora es el momento. Somos más fuertes que nunca. Es un gran acierto (el tiempo lo dirá) nombrar al frente de las policías a Nilda, quien ha demostrado un gran temple y talento para ir reformando a las fuerzas armadas. También la reacción inmediata de ir al lugar y censar, enfrentarse al problema in situ. 

Queda la tarea, que requiere de mucha imaginación y paciencia, de construir redes, alianzas con organizaciones presentes en el territorio, y confrontar con esos que han campado a sus anchas en el territorio desde hace décadas por esa mezcla de clientelismo y miedo. Es una gran oportunidad, la cancha está marcada, ya sabemos quién es quién, ya no hay que disimular. Se puede hacer bien, poco a poco hay jueces y fiscales que actúan, hay medios (aunque sean pocos) que muestran la tramoya*, la gente comienza a comportarse como personas y no como borregos. Y hay poder.

Y para quien no lo crea, la foto del día, quien sabe si simbólicamente una de las fotos más importantes de los últimos 35 años: el secretario general de la CGT premiando a las Abuelas.

Es hora de derramarse, de ocupar el territorio, de desarmar a esas pequeñas estructuras en las que se apoyan los últimos estertores del mal que asoló a nuestra patria durante décadas . Requiere tiempo, esfuerzo, paciencia, imaginación, no caer en la desesperación en cuanto las cosas se tuercen. Todas las virtudes de las que ha hecho gala nuestra presidenta a lo largo de estos años. Quién sabe si esto no es lo más importante que hayamos hecho, y, una vez conseguido, que el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria quede definitivamente expédito.

Es la hora. Y vamos a ganar también.  Y como el Barsa, por goleada, jugando cada vez mejor y sin pegar.

 RH
*La tramoya es el conjunto de máquinas e instrumentos con los que se efectúan, durante la representación teatral, los cambios de decorado y los efectos especiales

viernes, 10 de diciembre de 2010

ERA NOMAS LA VIVIENDA...

“El déficit habitacional de la Ciudad de Buenos Aires afecta a unas 500 mil personas. El presupuesto de vivienda sigue siendo insuficiente y tiene una escasa participación en la cifra total: al tercer trimestre de 2010 se ejecutó el 18,6% de los $ 409,5 millones asignados al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). Y en los barrios porteños persiste la segregación socio-espacial: Villa Soldati, Pompeya, Villa Lugano, Parque Avellanera y Parque de los Patricios concentran sólo el 1,6% de las obran en construcción. Estas son algunas de las conclusiones del informe ‘Buenos Aires sin techo. La ausencia de políticas de acceso a la vivienda: una violación a los derechos humanos’ sobre el período 2009-2010 de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña.”

Más adelante en el mismo artículo se profundiza: “El mapa presenta una segregación socio-espacial: en las comunas del este y del sur, las viviendas precarias superan al promedio de la ciudad. El documento da cuenta de la ‘incapacidad’ de conciliar la puesta en valor de los barrios más postergados de la ciudad, como el Abasto. En este contexto, La Boca es una de las zonas más deterioradas y el segundo barrio con mayor porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas. Por el contrario, el boom de la construcción estuvo orientado principalmente a las viviendas ‘en los barrios más caros’.” También se señala que …”En los últimos años, los desalojos han tenido un ‘crecimiento exponencial’ y se advierte una ‘ausencia de herramientas eficaces y eficientes de asistencia y contención: no se hace un seguimiento de las familias, ni existe un accionar sistematizado, …” (las citas son parte de la nota de Soledad Arréguez Manozzo titulada “Déficit habitacional sin salida”, Página 12 del viernes 3-12-2010).

Había pensado escribir para HUINCA algo sobre lo que hace años me parece el principal problema que tiene la Ciudad, justo un día antes de lo que es a esta altura es el brutal estallido del problema. El déficit habitacional causó ya tres víctimas en Villa Soldati, casualmente una de las zonas mencionadas en el “informe” en lo relacionado a la segregación socio-espacial. Nunca tan bien dicho.

El gobierno derechista de la Ciudad de Buenos Aires asegura que “el espacio público es innegociable”. Lo repitieron también supuestos peronistas como Santilli y Ritondo. Conceptualizan “espacio público” como un coto libre y “privativo” del uso de los verdaderos vecinos, los que trabajan, pagan los impuestos y son oriundos de la Ciudad Autónoma. Es decir, plazas y parques (rejas mediante) para el libre esparcimiento de los diversos sectores de las capas medias, que conforman la mayoría de la población porteña (la mayoría de los votos porteños).

El resto de la población no es asimilada como “vecinos”. Muchos provienen de provincias “inviables” como decía Cavallo (provincias pobres que ya “sobraban” en el Virreynato), o de países limítrofes que claramente no son los europeos que la Constitución privilegiaba como inmigración deseada. Todos son pobres, marginalizados por la última década y media de políticas económicas y sociales del neoliberalismo, continuadas (sin querer tal vez) por un progresismo timorato y confirmadas por la vocinglera derecha del PRO.

“Desalojar”, “reprimir”, “hacer cumplir la ley”, figuran en el recetario estrecho del gobierno amarillo para solucionar el tema y recuperar el espacio “marrón” del Parque Indoamericano. Marrón porque da vergüenza llamar a eso “espacio verde”, que para seguir la broma de mal gusto se categoriza como “parque” y terminando “indoamericano”, la tumba violenta para un paraguayo y dos bolivianos.

Entre los costados dramáticos del tema está también la incitación exitosa con que el gobierno PRO manipula a los sectores medios humildes (trabajadores que están en uno de los últimos escalones de la “clase media”), blandiendo el terror de ser arrastrados hacia la exclusión mediante la pérdida de la propiedad. Se los confronta con los “okupas” y se trata que se vea bien la “k” para dirigir políticamente el odio. Son sectores heterogéneos tanto en su composición como en sus volátiles opiniones sociales, políticas y económicas, casi casi sin ideología. Fáciles de llevar de aquí para allá presionando los nervios de sus temores: ser pobres, negros, brutos, bolitas, paraguas, estar afuera de todo. Es parte de la tragedia del temor, unir la vulnerabilidad-rencor a la exitosa vida de un “empresario” rico sin contratiempos, devenido en líder político y Jefe de Gobierno. Elementos para armar una bomba en vísperas de un año electoral importante.

Es difícil entender por qué el Gobierno de la Ciudad subejecuta el presupuesto –y a la vez pretende aumentar el ABL pretextando insuficiencia presupuestaria-, y por qué no construye viviendas. Hay muchas más cosas que no se entienden, pero nos quedamos con esto por hoy.

La cuestión es que existen alternativas y proyectos en marcha, emprendimientos exitosos, que demuestran cabalmente la posibilidad de solucionar el déficit habitacional en poco tiempo. Uno de ellos es la “misión Sueños Compartidos” que lleva adelante la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que encabeza Hebe de Bonafini. Casualmente, el obrador de Piletones -en el que 432 viviendas están prácticamente terminadas y listas para ser entregadas a sus futuros dueños- fue atacado con armas de fuego al comienzo de los incidentes, presumiblemente por una patota que estaría vinculada políticamente con el oficialismo citadino.

“El emprendimiento forma parte de un total de 2.610 viviendas en el que la Fundación de las Madres se ha embarcado para su construcción, lo que la transforma en la mayor empresa constructora de vivienda social de la Ciudad Autónoma. La obra de Los Piletones, en particular, fue licitada por la Corporación del Sur en 2007 y la Fundación de las Madres ganó el concurso con comodidad a empresas privadas.” (“El emprendimiento de las Madres. Sueños Compartidos”, Página 12 del 08-12-2010).

Lo de las Madres no es una empresa constructora sino una manera de cumplir con uno de los sueños de sus hijos –los detenidos-desaparecidos-, la inclusión social solidaria a través de la construcción de viviendas dignas (y la recuperación de los “excluídos” como ciudadanos y personas mediante la famosa cultura del trabajo). Repito, es una de las experiencias y el gobierno de la Ciudad no sólo no la ha tenido en cuenta, sino que la ha boicoteado cuantas veces ha podido.

Para terminar al menos por ahora. No basta con calificar duramente el fascismo, intolerancia, antisolidaridad, brutalidad e hipocresía de miembros (sectores) de esas castigadas capas medias bajas. Hay que cumplirle algunos de sus deseos reivindicativos. Los impuestos que pagan deben volver en servicios, tienen que estar seguros (como todos y hablamos de la seguridad relacionada con la delincuencia). También deben tener acceso al crédito hipotecario con cuotas que puedan pagar, tasas no usurarias como las actuales y sin la exigencia de que posean ahorros para cubrir el 100% del valor dolarizado de una vivienda.
El resto es saber elegir mejor a los gobiernos (no estoy acá para hacerme el simpático diciendo que la gente nunca se equivoca).
Edelmiro F.