... igual, que muchas de estas cosas me producen mucha tristeza. Por nosotros, y por ellos también. Yo seguramente me equivoco, esto es, quizás ese horror que expresan esas personas que gritan e insultan sea sólo hipocresía.
O sea, puede que ellos sean conscientes de que dicen patrañas, y que, de lo que acusan, es lo que practican a diario sus motorizadores y ellos mismos; corrupción, evasión de impuestos, fuga de divisas, ocupación de la justicia o denegación de la misma, incitación a la violencia y más y más y más.
Pero igual, me da mucha tristeza. Pienso que estamos en un momento de tal potencial de nuestra historia, como nunca en tiempos precedentes. Nunca. Y que ellos y nosotros lo estemos desperdiciando, simplemente por los caprichos de unos psicópatas a los que no logramos derrotar en su enfermedad, en su omnipotencia, en su megalomanía, y gracias a una ex-clase política que no se resigna a que su papel ya pasó. Estamos aquí, intentando despertar y despertarlos cuando podríamos estar construyendo, ladrillo a ladrillo, una sociedad mejor, un pais mejor, un mundo mejor. A veces me despierto en plena noche con esta sensación, y esta obsesión. No tengo más ganas, supongo que casi nadie de nosotros las tiene, porque se hace muy difícil jugar a un juego que no tiene reglas. Estoy cansado, triste. Quería contarlo.
Nada más.
RH
No decaiga companero que ese es el objetivo de la contra.Somos muchos los que nos aglutinamos para no ceder.
ResponderEliminarMarta Ambroggi
Gracias Marta. Ya estamos de vuelta
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