Tengo un amigo que vende unas gafas que simulan la visión que uno tendría habiendo consumido gran cantidad de alcohol. Su clientela son academias para aprender a conducir, ayuntamientos, etc. La verdad es que cada vez que vende unas se pone muy contento; son caras pero me parece que eso no tiene que ver con su alegría, puesto que para hacerse rico tendría que vender decenas de miles. Creo que su pequeño triunfo tiene más que ver con lograr, a través de ese medio que son las gafas, mostrar una realidad alterada, que asusta, y con esa sensación prevenir el consumo de alcohol antes de la conducción o la conducción después de haber bebido.
A través de esa realidad alterada que el medio -las gafas- te presenta, ves las cosas de otra manera.
Ves las cosas como el medio te las muestra.
Estás mediatizado.
Y entonces releo, y reescribo recortando unas palabras:
"Creo que tiene que ver con lograr, a través de ese medio, mostrar una realidad alterada, que asusta".
Uff. Descubrir el verdadero sentido de una palabra trae consigo una sensación contradictoria: la alegría por el descubrimiento y la frustración por haberlo ignorado tanto tiempo.
Medio, medios.
Y, como medios que son, pueden ser transparentes, opacos, gaseosos, líquidos; el agua da una idea diferente del tamaño que el aire, extraña desde nuestro punto de vista terrestre; un zoom, un vidrio roto. Un caleidoscopio.
Medio, medios, los medios.
Ahora bien, imaginemos que un medio lo ocupa todo. Todo todo.
Sólo vemos las cosas como ese medio nos permite verlas. Sólo hay una visión de la realidad.
De eso va el debate que hoy comienza en el Congreso de la Nación Argentina sobre la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, vulgarmente Ley de Medios.
Y quien quiera ver esto como una batalla contra el Grupo Clarín puede hacerlo: quien monopoliza cualquier cosa debe ser combatido, sea el Grupo Clarín aquí, el Grupo Prisa en España, Telefónica en cualquier parte y unos cuantos etc. ¿No se horrorizan por los que compran grandes extensiones de tierra en la Patagonia, se mesan los cabellos por los que encierran vastas porciones de agua dulce en fincas privadas? ¿Por qué este caso debe ser diferente? Los que se llenan de emoción hablando de la gesta de Los Andes o de las Invasiones Inglesas deberían alborozarse ahora, porque se va a hablar de LA LIBERTAD.
De la libertad de ver, oír y leer lo que querramos. Pero por sobre todo, de que todos PODAMOS DECIR LO QUE QUERRAMOS Y TENGAMOS LA POSIBILIDAD DE SER ESCUCHADOS.
Nada más y nada menos.
Podremos ponernos las gafas para simular embriaguez, o de sol, o de aumento, y quitárnoslas cuando querramos.
O ver un caleidoscopio, que son tan lindos.
Abril 2010:
Intentan, con sus mezquinos medios, pararlo. Como sea.
No lo lograrán. Y para demostrarlo, estemos todos el viernes 9 de abril, 19 hs., en el Obelisco.
Y donde sea, cuando sea, todas las veces que sea necesario.
R.H.
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