“Soy vecino suyo, soy de La Cámpora. Fíjese lo que va a firmar porque estamos tratando de que el pueblo pueda elegir a los jueces, si no le va a pasar como con el corralito, no van a poder salir a la calle”.
Esto, según Maqueda, le dijo el joven, que no llevaba ni él, ni ninguno de su grupo -que se mantuvo ajeno al... ejem... escrache- identificación ni de la Cámpora ni de la Solano Lima ni de la Norma Kennedy.
Teniendo en cuenta la alusión "si no le va a pasar como con el corralito, no van a poder salir a la calle”, o sea, corralito, o sea plata, dólares, no corrupción, no fin de los políticos tradicionales, no, corralito, plata, dólares, más que La Cámpora, el joven habrá sido de La Martina.
Y que bien entrado el 2013, jóvenes, el corralito es de hace casi 12 años, si son jóvenes, tendrían no sé, 11 años, 10 años, aunque para la media de edad de la Corte Suprema y Servini hasta Binner y Pino son un grupo de jóvenes; no sé, es una alusión un poco extemporánea, mentar el corralito para amenazar... no suena muy de la Cámpora.
Y otra más: me permito recordarles a todos que los amenazados, torturados, masacrados, muertos en el 2001 y 2002 fueron los que lo fueron. A los políticos y jueces no les pasó nada, nada en absoluto, más que unos "momentos desagradables". Todavía lloramos a las vícitimas, mientras ellos apenas se sacudieron un poco el polvo del caro traje.
Ahora, eso sí: que ese señor pasara "un momento desagradable" por que un (1) escrachamikaze lo haya increpado merece la intervención de una jueza federal y titulares en los diarios. Nosotros entonces, con los momentos -más que momentos eternidades- desagradables que nos hacen pasar ellos todos, nos merecemos salir en la Biblia.
Y por otro lado, una reflexión adicional, que me parece tal vez la más importante, la fundamental, que de tan delante de la nariz que está ni la veía.
Este señor es juez, no es un filósofo, un profesor de geografía que saliendo de su encierro de mapas y coordenadas, se encuentra en la calle hostil con miedo a la multitud. Es un señor que trató, juzgó, confrontó supuestamente muchas veces, con la edad que tiene, una larga vida con "el lado duro de la calle", con traficantes de drogas, con asesinos, con psicópatas. Es un juez. Debería preocuparnos mucho, muchísimo, que un juez porque alguien le estornude, le diga la pavada que supuestamente le dijo el supuesto miembro de la Cámpora (¿La Martina?), termine declarando ante un juez federal. No vaya a ser que, además de todo, de ser "corporation's friendly", esto sea lo único que sepan practicar, la corporation friendship, y que ante un poco de sangre, o simplemente una voz fuerte se mareen. Uno se pregunta: ¿Quién (nos) ha juzgado todas estas décadas? ¿Quién nos ha (des)cuidado todos estos años?
Les dejo esta (tremenda) inquietú.
PD: Otro motivo más para sacudir el árbol ¿no les parece?.
Esto, según Maqueda, le dijo el joven, que no llevaba ni él, ni ninguno de su grupo -que se mantuvo ajeno al... ejem... escrache- identificación ni de la Cámpora ni de la Solano Lima ni de la Norma Kennedy.
Teniendo en cuenta la alusión "si no le va a pasar como con el corralito, no van a poder salir a la calle”, o sea, corralito, o sea plata, dólares, no corrupción, no fin de los políticos tradicionales, no, corralito, plata, dólares, más que La Cámpora, el joven habrá sido de La Martina.
Y que bien entrado el 2013, jóvenes, el corralito es de hace casi 12 años, si son jóvenes, tendrían no sé, 11 años, 10 años, aunque para la media de edad de la Corte Suprema y Servini hasta Binner y Pino son un grupo de jóvenes; no sé, es una alusión un poco extemporánea, mentar el corralito para amenazar... no suena muy de la Cámpora.
Y otra más: me permito recordarles a todos que los amenazados, torturados, masacrados, muertos en el 2001 y 2002 fueron los que lo fueron. A los políticos y jueces no les pasó nada, nada en absoluto, más que unos "momentos desagradables". Todavía lloramos a las vícitimas, mientras ellos apenas se sacudieron un poco el polvo del caro traje.
Ahora, eso sí: que ese señor pasara "un momento desagradable" por que un (1) escrachamikaze lo haya increpado merece la intervención de una jueza federal y titulares en los diarios. Nosotros entonces, con los momentos -más que momentos eternidades- desagradables que nos hacen pasar ellos todos, nos merecemos salir en la Biblia.
Y por otro lado, una reflexión adicional, que me parece tal vez la más importante, la fundamental, que de tan delante de la nariz que está ni la veía.
Este señor es juez, no es un filósofo, un profesor de geografía que saliendo de su encierro de mapas y coordenadas, se encuentra en la calle hostil con miedo a la multitud. Es un señor que trató, juzgó, confrontó supuestamente muchas veces, con la edad que tiene, una larga vida con "el lado duro de la calle", con traficantes de drogas, con asesinos, con psicópatas. Es un juez. Debería preocuparnos mucho, muchísimo, que un juez porque alguien le estornude, le diga la pavada que supuestamente le dijo el supuesto miembro de la Cámpora (¿La Martina?), termine declarando ante un juez federal. No vaya a ser que, además de todo, de ser "corporation's friendly", esto sea lo único que sepan practicar, la corporation friendship, y que ante un poco de sangre, o simplemente una voz fuerte se mareen. Uno se pregunta: ¿Quién (nos) ha juzgado todas estas décadas? ¿Quién nos ha (des)cuidado todos estos años?
Les dejo esta (tremenda) inquietú.
PD: Otro motivo más para sacudir el árbol ¿no les parece?.
RH
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