Maruja Torres, brillante columnista de los tiempos "decentes" de El País, desnuda la actualidad mediocre y egoísta de los grandes medios "independientes".Con su mirada afilada y una pluma idem cuenta de primera mano lo evidenciado en los hechos, en notas como las de ayer
(Peloterismo: hacer la pelota significa en España chupar las medias)
“El ‘porqué’ es la pregunta fundamental en el periodismo y en la vida”, dice. Reconoce que “en el periodismo ya está todo inventado”, pero recuerda que “cada generación lo debe sentir todo como nuevo”. Por ello animó a practicar un “periodismo de la verdad”, es decir, “de la contextualización, de la memoria, un periodismo de la excelencia, que hace tiempo que no se encuentra en los diarios”, en buena parte porque en las redacciones de los periódicos se vive hoy “un entorno de peloterismo salvaje” en el que los buenos jefes brillan por su ausencia.
“Hay periodistas –explica– que sólo quieren ser jefes. Son los más mediocres y dóciles. Y ser jefe es lo más fácil del mundo. Cierto que hay mucha gente dando codazos y haciendo putadas para trepar, pero al final lo consiguen porque pese a que hay muchos se trata sólo de ir haciendo putadas e ir subiendo. En un mundo justo no sería así, pero la justicia hace tiempo que no está por las redacciones.”
Grossa
Sobre Cebrián, capo del Grupo Prisa desde los 70 cuando acompañaba a Jesús de Polanco:
“La historia de El País –dice– es la de Saturno devorando a sus hijos. Cebrián nunca asumió no ser el hijo carnal de Polanco. Es rencoroso y pijo, pero un pijo sin conciencia. Decía que estaba salvando el periodismo, que había un cambio de paradigma. Mentira. Perdió 5.000 millones de euros jugando al capitalismo de casino, comprando radios en Miami y teles latinoamericanas que no valían nada. Quería ser un tiburón de Wall Street pero era una sardinita que todo lo hizo mal. Se pulió las ganancias del trabajo de todos nosotros en la aventura del mejor diario de la democracia española. Cebrián era un quiero y no puedo, un cateto”.
(un cateto es un bruto que no sabe nada)
“Hay periodistas –explica– que sólo quieren ser jefes. Son los más mediocres y dóciles. Y ser jefe es lo más fácil del mundo. Cierto que hay mucha gente dando codazos y haciendo putadas para trepar, pero al final lo consiguen porque pese a que hay muchos se trata sólo de ir haciendo putadas e ir subiendo. En un mundo justo no sería así, pero la justicia hace tiempo que no está por las redacciones.”
Grossa
Sobre Cebrián, capo del Grupo Prisa desde los 70 cuando acompañaba a Jesús de Polanco:
“La historia de El País –dice– es la de Saturno devorando a sus hijos. Cebrián nunca asumió no ser el hijo carnal de Polanco. Es rencoroso y pijo, pero un pijo sin conciencia. Decía que estaba salvando el periodismo, que había un cambio de paradigma. Mentira. Perdió 5.000 millones de euros jugando al capitalismo de casino, comprando radios en Miami y teles latinoamericanas que no valían nada. Quería ser un tiburón de Wall Street pero era una sardinita que todo lo hizo mal. Se pulió las ganancias del trabajo de todos nosotros en la aventura del mejor diario de la democracia española. Cebrián era un quiero y no puedo, un cateto”.
(un cateto es un bruto que no sabe nada)
Ver completo, porque hay más jugo, en:
http://www.somatents.com/maruja-torres-las-redacciones-son-hoy-un-entorno-de-peloterismo-salvaje/#.UKd_FGeWGmo
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