miércoles, 23 de noviembre de 2011

El verso del parlamentarismo se derrumba encima de sus víctimas

Las elecciones en España muestran con un ejemplo irrebatible la cantidad de boludeces, de falacias malintencionadas que se pueden decir sobre un sistema político de otro país para desacreditar a quien detenta el poder en el propio.

Harto de escuchar a Carrió, a Binner, a los medios hablando en general del "equilibrio de poderes", de que un poder debe controlar a otro (trad. el Congreso debe controlar a Cristina) (controlar=oponerse, gobernar por su cuenta), viene Rajoy, saca el 44% de los votos y con eso se lleva el 55% de los diputados y 2/3 de los senadores. Con esto se garantiza su elección como presidente de Gobierno, y no tener que negociar ninguna ley con ningún otro grupo durante 4 años. Con el 44%.  Es que el parlamentarismo reduce los poderes a dos, y no podría ser de otra manera: no puede haber un Ejectuvo opuesto al Legislativo (la jefatura del Estado, sea Rey o Presidente, es simbólica en los países con régimen parlamentarista); en cuanto el legislativo esté en contra del ejecutivo, éste cae.

Pero vamos a los otros parlamentarismos, vamos a Italia, vamos a Grecia. En ambos casos los parlamentarios votaron a un Ejecutivo que no tiene nada que ver con las opciones que eligieron sus votantes, es decir, prácticamente dieron un golpe de Estado a favor de las corporaciones y de poderes extranjeros. No tengo ningún empacho en decirlo: exactamente lo mismo que quisieron hacer aquí en el 2009.

Y lo que queda por ver.

PD: ¡Cuando escucho la palabra "parlamentarismo", echo mano al botón "nueva entrada de blog"!
RH

2 comentarios:

  1. Comparto absolutamente Rick.
    Y ponen cara de serios, por favor!

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  2. Hubiera estado bueno oir a Larrata y Caparrós poner el grito en el cielo por el desmedido poder post-electoral del PP. ¿No se habían rajado de acá por el clima autoritario que recrudecería sin el control civilizado de la opo en el Congreso?

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