Un poco para hablar de otra cosa que de elecciones, y otro poco porque son cosas importantes que la prensa seria (hoy en desgracia) oculta, tergiversa y/o banaliza, quiero traer al blog algo del reportaje al Ministro Amado Boudou que apareció en Página 12 el martes 9 de agosto “Las potencias están errando las respuestas” por David Cufré.
Se cae el cielo abajo en el primer mundo (falling skies, era por eso) y acá pareciera que “irresponsablemente” lo más campantes, con un ministro de Economía que no sólo es candidato a vicepresidente, sino que gasta una tarde (por nombrar esa) rockeando con La Mancha de Rolando en Obras luego de un discurso de campaña, al tiempo que sus colegas de los países “importantes” andaban en videoconferencia por la brutal crisis que amenaza llevarse puesto a medio capitalismo desarrollado.
Vamos a los párrafos que me llamaron la atención. Dice Boudou (el de la formación liberal al que muchos denostaban, buscando la frontera izquierda de un mundo más sencillo de explicar que este):
“En nuestra visión y en la de algunos economistas como Kenneth Rogoff no es una crisis recesiva, sino una crisis de deuda. Tiene que ver con la explosión de burbujas que se han formado en los últimos quince años de predominio absoluto del modelo de valorización financiera. Europa y Estados Unidos están saliendo a tomar medidas a tontas y a locas, con una gran histeria, porque están sorprendidos con un esquema para el cual no estaban preparados. Había una creencia de que los problemas se iban a resolver con la lógica de los mercados, y está claro que no es así. El asunto es tan sencillo y tan complejo como que hay niveles de endeudamiento público y privado que no son sostenibles ni siquiera para quienes los propugnaron, los propios mercados.”
Acá sabemos un rato de esto, aunque algunos pretendan olvidarlo o hacer como si nada hubiera pasado:
“Es la lógica Cavallo: hay un problema de pagos, se cortan programas sociales, se congelan sueldos, se enfría la economía, todo buscando dar señales a los mercados para que aporten más capital. Así terminamos en 2001. Una economía no puede funcionar sin trabajadores, sin un sistema que sostenga la demanda agregada, sin inversión. Están errando la lógica de cómo puede funcionar una economía.”
En un tiempo la cuestión era pagar o ver cómo pagar, o no pagar la deuda. Era nuestro problema y el FMI (como gerente principal, aunque no único) nos reprendía. Alguien tenía que hacer algo… y se hizo:
“En la cuestión del endeudamiento. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fueron a fondo en este tema. Rompieron con toda una forma de pensar la economía alrededor de la deuda. Esa lógica quedó expuesta por última vez cuando se debatió el pago de la deuda con reservas del Banco Central, en enero de 2010. Fue un ejemplo claro de dos visiones. Los economistas más encumbrados por los medios, incluidos Martín Redrado y Alfonso Prat Gay, y dirigentes como Gerardo Morales, Ernesto Sanz y Elisa Carrió decían: “Seamos un país normal, salgamos a tomar deuda”. Y nosotros decíamos: “Seamos un país serio, sigamos desendeudándonos”. La realidad nos está dando la razón. Nosotros detectábamos que el problema de la deuda estaba en el centro de las dificultades de la economía mundial. Acá lo que hay es un problema de un nivel de deuda intolerable para el funcionamiento de la economía.”
Y encima:
“Estamos trabajando muy fuerte con todas las economías de Sudamérica, en el marco de la Unasur, en algunas medidas muy concretas. Tuvimos una reunión en Lima la semana pasada y el jueves y viernes vamos a reunirnos acá en Buenos Aires. Las medidas en el plano financiero tienen que ver con coordinar la administración de reservas de nuestros países y con trabajar para evitar ataques especulativos contra nuestras monedas. Hay países de la región que están sufriendo ataques y están tomando medidas importantes como el control a los capitales especulativos.”
Pero la coordinación regional va mucho más allá:
“(…) Tenemos la posibilidad de mucha sinergia si aumentamos el intercambio comercial entre nuestros países, y hay experiencias muy valiosas como la de Argentina y Brasil en el mercado automotor. Así que vamos a seguir en este camino, que también tiene una pata financiera que es el intercambio en monedas locales. Es un muy buen momento para trabajar coordinadamente y el consejo de ministros de la Unasur está funcionando a pleno. Es una novedad que nos animemos a pararnos como una de las locomotoras de la economía mundial.”
No obstante, habrá que andar con cuidado. Cierta oposición (Duhalde, por ejemplo) herida, pero no vencida aún, es portavoz de estos intereses que han puesto en crisis al mismo capitalismo que dicen defender. Profetizan (ahora que implotó Carrió) que los coletazos nos alcanzarán y que estamos como en el ’98, a las puertas de la recesión. “Muchas cosas pueden pasar de acá a octubre” dijo Brown (jefe de campaña duhaldista) y repitió (amenazante) su jefe, que espera siempre “otro dosmiluno”.
Van a tener que ingeniárselas mucho, porque por el lado de la economía que la gente vive día a día hay subas de precios pero controladas, hay cosas que están francamente caras (por falta de competencia) y hay también una gran amplitud en la variación de precios de un mismo producto. Sube el consumo (para muchísima gente, no para toda otra cosa que todavía es cierta). La gente no visualiza en lo inmediato una catástrofe económica.
Y eso que los cielos del primer mundo se están cayendo.
Edelmiro F.
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