Es cierto, había dicho "olvidémoslo...", pero, qué querés que te diga, vi la foto que publicó Algún, y me trajo a la superficie uno de esas sospechas medio delirantes que suelen acosarme a determinadas horas de la noche, y que tienden a comenzar con la peligrosa inquisición "por qué será que...". Le había dado vueltas a esto sobre Vargas, y más en vista de la ausencia de argumentos a la hora de defender su postura conservadora. Eso que algunos de los que lo (des)califican definen como pereza intelectual . Porque, querido blog, si uno agarra ese (des)calificativo, se pregunta ¿qué es la pereza? Y, la pereza, la verdad, es resistirse a hacer algo que uno no tiene ganas de hacer. Y si se piensa en Vargas, ese hombre habitualmente tan lleno de palabras y tan poco perezozo a la hora de vertirlas sobre el papel, más chirría la cosa. ¿Por plata? Puff, Saramago, a pesar de que publicara tanto en El Pais, el medio vargasllosista par excellence, nunca renegó de sus ideas, nunca apostató.
Pero a la pereza intelectual se contraponen una furia, una pasión casi sobreactuadas ¿Por qué querido blog, tanta furia, tanta pasión? Y, hay que echar a rodar la imaginación. ¿una desilusión amorosa? Yo ya había coqueteado con esa idea respecto de otra persona querido blog -nada que ver con Vargas, te aclaro-, y ahora que no nos lee nadie, te lo voy a contar. La gorda Carrió. No me mires así. Yo se lo comenté a algunos cercanos, al Marquesito, a la Tana; me miraban como me mirás vos ahora. Pero yo dále, lo de la gorda es que fue un desengaño. Fijáte, fijáte bien. La gorda, todo las veces que hablaba de él y de ella, bien o mal, lo hacía desde una perspectiva personal Para mí, la gorda se apasionó con el flaco. Debió ser en la noche de los tiempos, cuando aquel frente que se hizo para pedir la caducidad de los mandatos. Cuando asumió, "Kirchner tiene buenas intenciones". "Es la primera vez que no siento asco al sentarme en el Congreso". Y aclaraba, "Con Cristina tuvimos diferencias de carácter". Cuando se despechó, "la gente me dice, los quiero matar", y todo lo que ya sabés. Y así siempre, siempre cosas personales, con esas idas y vueltas, tan propias de los despechados, diciendo "un día la gente se va a dar cuenta de como son de verdad". Un odio apasionado. Vos sabés como soy, hasta lo tenía documentado. Un desengaño amoroso, decía yo. Ya no lo digo más, te lo cuento ahora querido blog, te lo dejo caer, como algo que ya pasó.
Y Vargas... lo mismo. Por ahí estoy equivocado, pero a mí me parece que la cosa viene de cuando lo descubrió al Gabo con la mujer. La famosa piña. Y me parece que, parafraseándolo catedralmente , ahí es cuando se jodió el Mario. Qué loco, ¿no querido blog? Pero a mí me cierra. Una persona tan rica discursivamente, que después se hiciera tan renegado, y encima por partida doble. Es decir, en lo que hace a principios, y en lo que hace a carácter también. Mirále las cejas. Estaría bueno agarrar y hacer un gráfico de cejas de Mario, de cómo han ido evolucionando de la curva suave de antes de la piña a Gabo hasta esa iracunda V invertida de ahora, por más sonrisa forzadísima que esboce. Esa dentadura aprrretada de rrrabia que a fuer de estirar las comisuras logra que parezca eso, una sonrisa de hierro blanco. Y toda la consistencia se le quedó ahí, porque en las palabras políticas, querido blog, nada de nada. ¿Qué puede decir, más que oquedades? Porque no hay ideas detrás, sólo la pasión destructiva de un desengañado. El Mario que se jodió, el que en su dolor nos quiere joder a todos los demás, a los que él, macho engañado, nos identifica -por izquierdistas antes, por populistas ahora- con el Gabo. Cuando escribe, cuando ya no está él , el Mario que se jodió, ahí -me dicen- se puede atisbar algo de lo que fue el escribidor. Pero yo hace años que no lo intento querido blog. Para mí sólo queda el Mario que se jodió.
Vos sabés que un conocedor del alma humana como Conrad contaba algo parecido en su novela Victoria: un alemán, dueño de una taberna en una isla en el Indico, se obsesiona con un pobre sueco, calumniándolo, acusándolo de cosas increíbles, y en ese bucle infernal de creerse esas mentiras que él mismo construye, termina contratando sicarios para matar al inocentísimo y correctísimo señor Heyst. ¿Y todo porqué? Por una pasión no correspondida. El alemán quería apretarse a su camarera, ésta no le da bola y sí al sueco. Todo el odio, toda la rabia de ese despecho se enmascaran en razones casi de orden moral, ficticios actos horribles del señor Heyst que el tabernero alemán se inventa en su cabeza y que justifican, para él, su muerte y con ella la destrucción de toda esa pequeña sociedad que se había generado en la isla. Alguien explicó que lo que Conrad relataba, era una alegoría de lo que era Europa en ese momento. Y yo siempre sentí que iba más allá, que muchos de los actos políticos -sino todos- están determinados a priori por cuestiones personales, en el mal y en el buen sentido también.
Todo esto te parecerá un delirio trasnochador y trasnochado querido blog. Yo mismo lo pienso. Por suerte, esto queda entre vos y yo.
Y sin embargo... ¿Sabés? Hay algo que, por contraste, me hace pensar que tengo razón. Porque, si reflexiono, pienso que a este país que tantas veces se jodió, lo salvó el amor de dos parejas. Sí, sí. Pensálo bien. Sin el amor que se profesaron, unos hace tanto ya, y los otros ahora, ese par de hombres y mujeres jamás hubieran asumido las tareas ciclópeas que encararon conjuntamente por todos nosotros. Sin su amor, no los hubiéramos tenido.
"¿Cómo puede una pareja como los Kirchner gobernar la Argentina?", se delata, con su propia pregunta, el Mario que se jodió.
RH
Me gusta el formato epistolar.
ResponderEliminarEn cuanto a Varguitas, el escribidor que habita en Vargas Llosa, para mí se habituó y se dejó devorar por el palacio, qué quiere que le diga.
Me gustó mucho.
ResponderEliminarAhora, no hay dudas, que esa idea del amor es "media setentista", jeje.
Pero en serio, el tema del amor es comparable pero también la tragedia de la muerte del ser amado en las dos parejas.
Abrazo
No sé algún por qué decís "medio setentista"... siendo que es 100%!!! Será cuestión de la edá... Ahora, en serio también, había pensado en lo que decís y no me atreví a plantearlo, pero ahora, en este rincón, pienso -lo pienso yo, o sea, matizo porque no creo que necesariamente sea así- que a Perón, quizás por la edad que tenía -respecto de la de Eva además- se le agrió el carácter, y con él el de la sociedad entera; mientras que en el caso de Néstor y Cristina se produjo el efecto contrario, tanto en Cristina como en la sociedad. Puede haber muchos motivos: que Cristina sea mujer y que por esa capacidad que para mí tienen las mujeres para sobrellevar el dolor (esto es un elogio absoluto, por si hay algún malentendido) nos haya transmitido esa capacidad para luchar contra la adversidad; también, que la obra de Eva fue visible desde el principio mientras que la de Néstor se re-visibilizó de golpe con su partida y sigue adelante, como un río tranquilo pero imparable en la gestión de Cristina... No hay en Cristina esa rabia de Perón después de la muerte de Eva; por el contrario, una mezcla de sabiduría y firmeza inconmovible que hace que todo parezca-y sea, ojalá- más posible que nunca.
ResponderEliminarAbrazo
Tenés razón.
ResponderEliminarNo es lo mismo, que se muera Mamá que Papá. Las mujeres tienen esa fuerza que nos falta a los hombres.
Abrazo.
Tocayo, es cierto que se entregó al palacio de PRISA hace mucho, muchisimo, un club de autofestejo "progre" -de esos progres de los que hablamos siempre, y que hoy los describe re bien Forster en P12-. Pero aun así, pienso que eso es consecuencia-la necesidad de homologarse-, que lo que explica su discurso reaccionario es el enojo y no "la razón".
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