domingo, 12 de diciembre de 2010

Xenofobia

Levantó el tubo y marcó el teléfono del aviso. Mientras sonaba, un pensamiento furtivo:

"Tendría que llamar otro, cuando escuchen que soy argentino no me van a querer alquilar"

Inmediatamente, la conciencia:

"Estoy en la Argentina desde hace años".

Décadas en España, integración, prosperidad, amistades.

Pero los actos de pequeña xenofobia cotidiana ("si no te gusta por qué no te vuelves a tu país","los extranjeros le quitan trabajo a los españoles", y las específicas, de los argentinos esto o aquello) infligieron heridas al inconsciente, mucho más profundas de lo que el consciente admite.

La xenofobia, ese miedo oscuro que inoculan los poderes que hiere por igual a los que la practican y a los que son sometidos a ella.

Es otro frente abierto. También ganaremos esta batalla.

PD: Del microrrelato que abre este post fui protagonista yo mismo, ayer.

RH

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